Graciela hace 23 años que es enfermera; María José hace 5 años que está en esta profesión.
Hace unos cuantos años que ambas trabajan juntas en el Hogar de Ancianos Domingo Goñi y dicen que el trabajo les encanta y se les nota en el rostro alegre, en la actitud.
“Nos encanta trabajar con los abuelos. Nos sentimos bien, porque hacemos el bien. Hay que pensar que muchas veces los abuelos no pueden higienizarse, levantarse o transitar. En ocasiones la familia, aunque quiera, no puede hacerlo y aquí estamos nosotros para desarrollar toda esa tarea que nos gusta mucho”.
Ambas enfermeras agregan que “pareciera que la sociedad está negada a la tercera edad, como si nunca fuera envejecer. Esta es una etapa más de la vida; es como la etapa de la reflexión, del haber recorrido y luego volver a mirar lo que cada uno hizo, lo que vivió, las decisiones que tomó. Muchas veces más que enfermeras somos psicólogas y al estar tanto tiempo a su lado es como que somos parte de ellos, conocemos lo que sienten, lo que les preocupa y lo que esperan más que sus propias familias. Y no dejamos de aprender muchas cosas, sobre todo en torno a cómo hay que vivir la vida y también la etapa de la vejez. Ojalá que cuando lleguemos a su edad tengamos su sabiduría y sus ganas de vivir”.