Hace varios años que la venía peleando, sorteando las alternativas de una penosa enfermedad pero manteniendo su firmeza y entereza con la misma dignidad que durante toda su vida ejerció la profesión, sin medir esfuerzos, visitar a pacientes en los barrios, sin importar la condición, ni el orden, ni la obra social, el paciente era lo que siempre le interesaba, desde los chiquitos bebés con bronquiolitis a quienes debía someter las prácticas para despegar la afección de sus pechitos hasta los abuelos que debía rehabilitar.
Siempre predispuesto, siempre con una solución y una palabra de aliento, de esperanza, con ese ánimo con el que ingresaba en cada domicilio, era un Médico que salía a toda hora y no fallaba, por que lo más importante era el paciente por que esa actitud en la vida de humanizar la profesión, fue a través de los hechos, de tantos años de labor médica en la especialidad de la kinesiología que ha prestigiado y afortunadamente para quienes lo conocimos, recurrimos a sus servicios para nuestros hijos, nuestros viejos, nos encontramos con una luz que seguramente brillará por siempre para el orgullo de su familia a quien habrá sabido transmitir esos valores, que hoy la ciudad le reconoce y lo despide con el sincero anhelo de que descanse en paz.
Tenía 63 años y aun mucho más para ofrecer, pero Dios así lo dispuso, se fue seguramente para mitigar dolores y como dijo San Agustín "llevará a sus seres queridos por los senderos nuevos de la luz, la vida y la esperanza"
Gracias Dr. De Camilis, por todo lo que ofreció desde su profesión y desde su personalidad bonachona que extrañaremos.
Un gran abrazo a toda su familia.