La Escuela Agropecuaria cumplió con la 13º edición de la cabalgata que todos los años se lleva a cabo e inclusive con la participación de establecimientos de similar modalidad de enseñanza, recorriendo el bellísimo cordón serrano que se encuentra próximo al Distrito de Coronel Suárez y que concluye en el Parque “Ernesto Tornquist”, donde la inmensidad de la naturaleza propone desde las pinturas rupestres, los piletones de agua cristalina, los caballos salvajes, flora y fauna que enriquece de una manera espectacular esta experiencia única.
Los alumnos que egresan este año de la Escuela Agropecuaria dejaron implícitos mensajes emocionantes cuando se produjo el fogón final en la noche del jueves en el Establecimiento Santa Clara de Miguel Fernández, que después fue necesario atenuar en su impacto alternando con música, buenos recuerdos y hasta la presencia amiga de “Cacuya” Gaitán.
No obstante desde allí la seguridad de valorar todo lo que tienen, lo que les ofrece la Escuela y la familia, obteniendo una dimensión distinta de lo cotidiano, para transformar en un valor incuestionable y que forma parte de su vida y de su crecimiento.
El sábado, pasadas las 13 horas, por la Ruta 85, fue avanzado la cabalgata donde a lo lejos se podía apreciar la Bandera Nacional, los estandartes representativos de la Escuela de Coronel Suárez y de Pontaut, los chicos, aunque cansados, no ocultaban la satisfacción de la experiencia y lo propio ocurrió con sus directivos, señalando que todo se cumplió tal cual lo previsto y que a pesar de los 13 años transcurridos siempre se descubre algo más, se valoran diferentes aspectos, los chicos van cambiando, las generaciones adquieren otros recursos, pero los valores espirituales, la formación en el hogar y en la escuela les brinda un vínculo fundamental para el crecimiento futuro.
Eran las 13.30 horas y la cabalgata hizo un alto en la puertas del complejo educativo de la Escuela Agropecuaria para luego encarar el tramo final en la quinta de Coutchinave donde familiares, amigos y directivos del establecimiento aguardaban la llegada del numeroso grupo que conformó la cabalgata, para inmediatamente atender a los caballos, refrescarlos, dejarlos liberados después de 5 días de intenso galope por la zona serrana, reiterarse los saludos, con los familiares y amigos y compartir el almuerzo a la canasta bajo la prodiga sombra del predio.
Caras cansadas, pero felices, plenos y gratificados por la experiencia, mientras las autoridades del establecimiento encabezadas por el Director Roberto Palacio, reiteraba su concepto de misión cumplida, mientras “El Macho” Orellano era portador de la bandera nacional encabezando el grupo mientras ingresan a la quinta mediante una calida recepción con familiares de los integrantes de la cabalgata de nuestra ciudad y de General Lamadrid.