Desde hace un tiempo a esta parte el Dr. Rubén Brodsky ha comenzado a escribir, en su espacio en Facebook, diferentes historias, anécdotas y vivencias que tienen que ver con la Guerra de Malvinas.
Ex Combatiente, estuvo en las Islas con 27 años como Médico ya recibido y porque la guerra sobrevino en momentos en que se disponía a cumplir con la conscripción que había atrasado por estudios a lo largo de varios años.
Cuenta que “una tarde de invierno fría y lluviosa, con mucho viento, oscura, el momento en que fui a la computadora –es el momento en que aprovecho para bajar información y ponerme a estudiar un poco- entré en Facebook. Leí una pregunta en el muro que me decía ¿en qué estaba pensando? Así en forma involuntaria me senté y empecé a narrar lo que estaba pensando ese día. Así fue como empezaron a discurrir historias, emociones, sensaciones. Muchas veces para poder darle un fin me comunicaba con otros compañeros para que me ayuden a redondear la historia, porque son recuerdos que tengo presentes no en forma absoluta, sino compartida con otros”.
Señala nuestro Veterano de Malvinas que “empecé a contar la historia para mis hijos, porque ellos tal vez alguna vez quieran saber qué fue lo que viví, sentí, qué me pasó. Alguien me dijo que en realidad lo que se sentía era que yo estaba escribiendo para los hijos de todos y que estaba dejando una historia vívida de un suceso de no hace mucho tiempo. Ello me obligó a sincerarme conmigo mismo y a ver qué era lo que iba a escribir”.
Así, cada tres o cuatro días, surge algún recuerdo que el Dr. Brodsky escribe en el muro en su espacio de Facebook, disponible para quien quiera leerlo.
Y aunque desde su humildad dice que no es escritor, comenta que está el proyecto de compartir un libro sobre Malvinas con otras personas que tienen cosas para contar y visiones que dar.
Mientras, su propia historia en Malvinas, sus vivencias compartidas con otros, eso que por muchos años calló y que con el tiempo ha comenzado a aflorar, va tejiendo nuevos encuentros.
Hace poco tiempo atrás se volvió a encontrar con los integrantes de su Compañía, entre ellos con los compañeros soldados con los que por muchísimos días –fríos, largos, húmedos, helados- estuvo en un pozo. Uno de ellos, que tenía apenas 19 años cuando fue la Guerra, le agradeció todo lo que lo había cuidado. Sentía la responsabilidad de cuidar de los otros por ser Médico, pero sobre todo por ser unos años mayor.
Consultándolo Nicolás Kasanzew, un amigo de esos años, le dijo “todo lo que escribas lo debes hacer con el corazón”, y “eso es lo que estoy haciendo: me siento y escribo con el corazón”.