El lunes por la mañana todo era mucho trabajo, pero con la satisfacción del objetivo alcanzado tras mucho esfuerzo y dedicación para Roberto Meier y Cristina Schwab en Panadería Los Trigales, o en su nombre alemán Der Weizen.
Es que por fin lograron inaugurar la nueva panadería, el lugar propio, con instalaciones adecuadas, modernas, limpias, con maquinaria de última generación.
Consultada Cristina, quien no podía ocultar su emoción, contó que momentos antes habían estado hablando con su hija que está en Bahía Blanca, tratando de poner en palabras toda la alegría que sienten por el presente.
Es que hubo muchos sábados y domingos desde hace dos años a esta parte donde toda la familia iba a picar ladrillos para rellenar los cimientos de una construcción que ha quedado bien moderna, iluminada y cálida, en una mezcla justa de vidrios, madera y el olorcito a pan y facturas recién horneadas.
Roberto se inició cuando tenía apenas 14 años en la Panadería Atalaya; luego pasó a ser dueño con el alquiler de la llave del lugar. Pero siempre soñaron con su esposa tener el lugar propio, donde el concepto de panadería al servicio del cliente se gestara desde cada ladrillo, cada estantería y cada maquinaria.
Han incorporado máquinas nuevas, como una amasadora rápida, también un horno. El lugar de elaboración está azulejado hasta arriba y las instalaciones son bien amplias, para que todos puedan trabajar con comodidad.
“Hemos hecho un gran esfuerzo, pero estamos muy contentos. Tratamos de brindarle lo mejor a nuestros clientes, desde el lugar, el amoblamiento y por supuesto la atención personalizada”.
Roberto y Cristina demostraron a sí y a quien quiera ver que el éxito es el resultado del esfuerzo, la dedicación y los objetivos claros, trabajando cada día en consecución de lo que se propusieron.