Hace alrededor de una semana regresó la delegación de la Asociación Guías que desde hace 6 años lleva a cabo el proyecto de ayuda a las comunidades wichis que están en el interior del Impenetrable Chaqueño.
Marta Barrionuevo es colaboradora de este grupo desde su inicio, viajó al lugar este año por segunda vez consecutiva y contó parte de lo vivido a La Nueva Radio Suárez en un reportaje.
“Tuvimos algunas dificultades al principio, ya que donde habíamos comprado las planchas para hacer la cocina no nos las entregaban a tiempo, por lo que viajamos hacia Misión Nueva Pompeya poniendo dinero nosotros para comprar ladrillos allá. Así la cocina nos llevaba más tiempo (con las planchas se levanta más rápido), por lo que llegamos hasta dos metros de construcción, de todas maneras dejamos inaugurada esta obra en Paraje Bajo Hondo, donde el maestro Luis nos agradeció mucho y ellos se comprometieron a terminar esta obra”.
La delegación que reúne a gente de toda la zona y que este año integraron 15 personas en total, en 6 días levantó parte de la cocina en Bajo Hondo, construyó dos baños en Paraje Los Suris y una plaza de juegos para niños en otro Paraje.
Recorrió un total de 22 escuelas, donde dejó donativos que fueron reunidos a lo largo de todo el año. Y se vivieron momentos emotivos, inigualables, imposibles de transmitir con palabras: como cuando a los niños les entregaron como regalo muñecas de trapo y caballitos que habían elaborado los abuelos y abuelas del Hogar de Ancianos de Coronel Suárez; o como cuando a un niño, en representación de toda su escuela, le hicieron entrega de una pelota de cuero que había donado una mujer de nuestra ciudad, balón con el que ese niño estuvo jugando hasta las 5 de la tarde, prolongando el horario de la 1 de la tarde previsto para el regreso a su casa, caminando por los estrechos senderos de la selva, mientras la delegación reunida por la Asociación Guías trabajaba llevando adelante una de las construcciones que tenía previstas.
Esta es la otra Argentina, la que no siempre se muestra y que muchas veces no queremos ver. La que tiene mucha desigualdad, muchas necesidades no satisfechas de cosas básicas, como el agua potable por ejemplo.
La delegación cada vez que viaja se queda con la sensación que lo que llevan y construyen sigue siendo poco; apenas un granito en un mar de necesidades.
El maestro Luis, que cada año los recibe cariñosamente, agradece mucho a todas las personas de las comunidades que hacen sus donativos y les dice y vuelve a decir que las necesidades todavía serían más si no estuviera esta colaboración que anualmente se presta.