Sonia Carrique, la Directora de Isidoro Espacio de Arte, fue quien en la tarde del sábado dio la bienvenida a los tres artistas que conformaron una exposición donde el espectador no solo tuvo la gran oportunidad de apreciar sus trabajos sino también de tomar contacto con cada artista, revelando trayectorias apasionantes y valorar con la interpretación individual las características de los trabajos.
En cuanto a Marcelo Brodsky, con familiares directos en nuestra ciudad, pudo apreciarse la muestra bajo la denominación de “Introducción a la Buena Memoria”.
El artista explica que el proceso de trabajo surge a partir de su regreso a la Argentina después de muchos años de vivir en España, “acababa de cumplir cuarenta y quería trabajar sobre mi identidad. La fotografía, con su capacidad exacta de congelar un punto en el tiempo, fue mi herramienta para hacerlo.
Empecé a revisar mis fotos familiares, las de la juventud, las del Colegio. Encontré el retrato grupal de nuestra división en primer año, tomado en 1967, y sentí necesidad de saber qué había sido de la vida de cada uno”.
“Decidí convocar a una reunión de mis compañeros de división del Colegio Nacional de Buenos Aires para reencontrarnos después de veinticinco años. Invité a mi casa a los que conseguí localizar, y les propuse hacer un retrato de cada uno. Amplié a un gran formato la foto del 67, la primera en la que estábamos todos juntos, para que sirviera de fondo a los retratos y pedí a cada uno que llevara consigo para el retrato un elemento de su vida actual”.
“Seguí retratando a los compañeros del curso que no vinieron a la reunión, pero la foto grande no podía transportarse. Llevaba conmigo pequeñas copias de la imagen para incluir en esos retratos, que se realizaron en Buenos Aires, en Madrid, en Robledo de Chavela (España) y en Nueva York”.
“Más tarde se organizó un acto para recordar a los compañeros del Colegio que desaparecieron o fueron asesinados por el Terrorismo de Estado, en los años negros de la dictadura. Después de veinte años las autoridades del Colegio aceptaron por primera vez que recordáramos oficialmente en el Aula Magna a los que faltan. Fue un hecho histórico”.
“Resolví trabajar sobre la foto grande que me había servido de fondo para fotografiar a mis compañeros de división y escribir encima de la imagen una reflexión acerca de la vida de cada uno de ellos. La misma se completó posteriormente con un texto más extenso que acompaña los retratos”.
Posteriormente los espectadores que el sábado pasado concurrieron a la inauguración de la muestra se encontraron con otra gran figura, como es Adriana Cora, y su obra Topografía interior, donde explica que así como la topografía es el arte de describir y delinear detalladamente la superficie de un terreno (r.a.e.), un bosque pixelado sobre un espejo, “nos incita a sumergirnos en él, siendo fondo y forma a la vez, a fundirnos en el paisaje, a desaparecer o emerger de él, a encontrarnos con los propios deseos”.
“Nos movemos a diario en función de la geografía que nos contiene”.
Esta muestra expone las obras de Leticia H de Jencquel, Lucía Buljan; Marcelo Beovide, Zulma Asla de Etcheverry, María Elena Mackeprang, Susana Rigoli, Susana Gargiulo, Verónica Kenig, Beatriz Hoursouripé.
Trabajo realizado durante el taller dirigido por Daniel Fitte que se desarrolló en cuatro encuentros destinados a transitar el paisaje desde el lenguaje plástico. Reconociendo el paisaje cotidiano, descubriendo el oculto, aventurándose a inventar el paisaje único.
Por su parte otra gran personalidad asidua visitante de Isidoro, Carla Rey, denomina su galería Arte/Vida, con grabados, fotografías y obra textil desde 1965 a la actualidad.
Toda la eternidad es eterna. En cambio todo lo perteneciente a la naturaleza es perecedero, por lo tanto tampoco la eternidad es eterna. ¡Qué alivio!
Esto aumenta el valor de la vida, de los objetos y del arte. Que nada, incluso la eternidad, sea perdurable en el tiempo.
Salvo las emociones que nos producen los mejores amores, las más bellas imágenes de la naturaleza y las más recordadas obras de arte. Por esa razón en ciertas circunstancias volvemos a recordar esos breves, valiosos y efímeros momentos de placer. Para cada uno y en cada instancia personal será el momento donde se produce la magia del recuerdo.
Todo es tan frágil que se podría asegurar que el universo es algo así como un objeto de cristal que siempre está a punto de hacerse añicos. Que la nada y el vacío son conceptos inventados por nosotros mismos y que nos angustia además, pensar en atravesar estos posibles estados.
Frente a la posibilidad de pérdidas, nuestros antepasados inventaron una herramienta que hasta ahora nos permite gozar de libertad: el arte.
Pero el arte también es perecedero y solo hay que mirar para atrás para ver todo lo que se ha hecho y de lo que apenas tenemos un vago registro. Esto es lo mejor del arte, su frágil carácter, ya que solo de esta manera siempre habrá un espacio para nuevas creaciones artísticas.
Hoy tenemos frente a nosotros la propuesta de Carla Rey: arte/ vida, concepto acuñado por las primeras vanguardias del siglo XX, pero lo destacable es que le agrega un concepto para tener en cuenta y dice así: “es lo que más disfruto”.
“Arte/vida es lo que más disfruto. Y esto si, debería ser imperecedero para todos” señalo esta gran figura de Isidoro durante el acto inaugural de la muestra donde Daniel Fitte hablo de sus talleres, de los paisajes”.
Fitte dijo que intentamos transitar el paisaje desde el lenguaje plástico, reconociendo el mensaje cotidiano, descubriéndolo junto al paisaje oculto, aventurarnos a inventar el paisaje único”.