Desde hace años está en Coronel Suárez, luego que en Lanús se le frustró una carrera de futbolista por una lesión.
Aquí en la ciudad trabajó en la consolidación de las inferiores de fútbol de Blanco y Negro, Deportivo Sarmiento y también en los clubes de los Pueblos Alemanes.
Actualmente está ocupado en promocionar el fútbol en los barrios a través de la Dirección de Deportes de la Municipalidad.
En realidad el fútbol ha sido el pretexto para lo que cree debe hacerse a través del deporte: lograr la formación integral de los niños y jóvenes. Con esta convicción se ha manejado siempre.
En una ocasión, en momentos en que los chicos del Hogar del Niño compartían la práctica de la actividad en un club local, ante el reproche de una madre, no dudó en responderle: “¿puede distinguir quienes son unos y otros? No. Es que en un partidito de fútbol, ante los ojos de Dios, todos los chicos son iguales”.
En otra ocasión en Pueblo San José, cuando en la escuelita de fútbol se habían reunido más de 100 chicos, le contaron a “Charro” que el Sacerdote del lugar estaba enojado, porque los monaguillos que tenía habían empezado a faltar por el fútbol.
Fue hasta la casa parroquial, se sentó a conversar con el Cura, le dijo que era un problema de acomodar mejor los horarios para que no hubiera incompatibilidades.
Así le puso fin al enojo del Sacerdote. Acto seguido lo invitó a venir a la práctica, porque dijo “la Iglesia de Dios mía es la canchita de fútbol”.
Al poco tiempo se estaba haciendo un campeonato en la canchita de fútbol que estaba detrás de la Iglesia y todos contentos.
Así es Néstor “Charro” Santiago: humilde, con mucho carisma para tratar a los chicos, capaz de vencer con el afecto las más firmes hostilidades de los niños que tienen el corazón dolido por las desilusiones que les provocan los grandes.
Por eso no duda en decir, con el consejo de quien ha recorrido mucho, que los padres deben tomarse siempre un tiempito en el día para estar con sus hijos, para preguntarles cómo les va y cómo se sienten.