Mónica Morales hace 30 años que es enfermera de la Neonatología del Hospital Municipal, actualmente es la Jefa de Enfermeras de esa área.
La consultamos sobre lo que implica el trabajo diario, tomando en cuenta que de la tarea que lleven a cabo en forma conjunta médicos y enfermeras depende en gran medida la morbimortalidad de los bebes prematuros que allí están internados.
Indicó que “para eso nos preparamos continuamente: para que haya menos secuelas. Se trata de pacientes que son difíciles de trabajar, de mantenerlos con vida. Hay muchas acciones que influyen directa o indirectamente. Para dar un ejemplo: debemos bajar la intensidad de la luz y el sonido, porque todo esto influye en el neurodesarrollo de los prematuros que están en esta área de internación en Terapia Intensiva. Hay que tomar en cuenta que ante cualquier inconveniente puede aumentar la presión sanguínea de los bebés y como tienen los vasos sanguíneos tan chiquititos se les puede provocar una hemorragia endocraneana, lo que va a influir en su desarrollo posterior”.
Insiste la profesional consultada que “tenemos la responsabilidad de ser muy cuidadosos cada vez que atendemos al bebé, tal como si fuera el toque de una gacela o una pluma, así de suaves, para no provocarle ningún inconveniente, para que nada lo altere o le signifique una mínima agresión”.
También es importante la continuidad de la atención de la misma enfermera para cada uno de los bebes, porque “la relación médico – paciente también en estos casos es muy importante. Un bebé hoy puede estar cambiando continuamente hora a hora, por eso cuando ingresan les decimos a los papás que los cambios en positivo o en negativo pueden sucederse de un momento a otro. Todo bebé que está internado en la Neo hay que tomar en cuenta que es un bebé de riesgo, porque estamos en un área de Terapia Intensiva, por lo que es un paciente grave, en el momento de internarlo o por lo que puede pasar después”.
Por eso insistió ante la consulta en la importancia que en el servicio el personal de enfermería que trabaje se prepare con esta especialidad, ya que es un área de atención específica, donde el paciente y todos sus órganos son apenas una miniatura.
¿Y cuando llega el momento de la despedida, de la partida? La enfermera consultada aclara “nunca nos apropiamos de ese niño; nos queda claro que es un paciente que tenemos por un tiempo –el que necesite para seguir creciendo seguro- y luego se los entregamos a los padres, con muchos interrogantes todavía. Nos ponemos contentos cuando los vemos después, ya crecidos, y comprobamos que ese niño está bien y que ha quedado con la menor cantidad de secuelas posibles. Es ahí donde nos sentimos muy felices”.