Gabriel Salcedo es comunicador, profesor en la Universidad de San Andrés, entre otras, y conferencista nacional e internacional.
El sábado estuvo en la ciudad, invitado especialmente por la comunidad evangélica de la iglesia que está en calle Belgrano al 1500, brindando un taller sobre liderazgo para los jóvenes, que motivó la presencia de grupos evangélicos de toda la zona.
Consultado por La Nueva Radio Suárez sobre los jóvenes de hoy, dijo que “la imagen está un poco marcada por la generación anterior. Eso que decimos “a los jóvenes no les interesa nada”, en realidad es que no les interesa nada de lo que a nosotros nos interesa. Les interesan otras cosas, están en búsqueda de otros lenguajes, de otras formas de hacer las cosas; es decir se interesan en otras cosas. Ahí aparecen las nuevas tecnologías, nuevas formas de estudiar, de realizarse como persona. Hay un choque en la forma de realizarse”.
A sus consideraciones, agregó que “los jóvenes están hoy muy cómodos en casa”, sumando que “nuestros padres nos indicaban a los 18 años la puerta de salida. Esta generación de hoy los hemos hecho sentir cómodos, entonces aparece el eterno Peter Pan, o los adolescentes eternos”.
Esta brillante personalidad agregó que “lo que está pasando es que la familia no está viviendo su ciclo vital; cuando los hijos se van hay un reencuentro, lo que algunos mal llaman el síndrome del nido vacío; cuando los padres no dejan partir a sus hijos, lo que están haciendo es retrasando ese encuentro entre esposo y esposa”. Se explica esto porque “ese otro que está con nosotros cambió; esta es la primera variable. La otra es que los adolescentes de hoy están viendo que los matrimonios se han divorciado, se han separado, por lo que les cuesta muchísimo tener relaciones a largo plazo y tener un proyecto de vida a largo plazo. Y la tercera causa es la comodidad: si yo tengo una mamá que me lava, me plancha, me hace la comida, y yo lo único que tengo que hacer es un aporte de pagar la luz o el gas, es todo muy fácil”.
Aconsejó Gabriel Salcedo frente a esto, trabajar y ser claros con los hijos, darles sugerencias que esto no es para toda la vida, que hay una independencia que se tiene que alcanzar, que lograr”.
Sobre la importancia de establecer límites y responsabilidad, explicó Gustavo Salcedo que “el límite es decirle que no a un exceso de libertad. La libertad se va dosificando, y esta es una tarea que nos corresponde hacer como padres. Cada vez que le ponemos un límite a nuestro hijo le estamos diciendo que no. Saber decir que no es necesaria en todas las etapas de nuestra vida. Que un chico llegue a su adolescencia sabiendo decirse y decirle que no al otro, genera que no haya excesos. Así vamos a tener familias mucho más saludables porque habrá esposas y esposos que sabrán decir que no. Empleados que sabrán decirle que no a sus empleadores, también personas que saben decirse a sí mismos que no. Esto es lo que queremos generar en los jóvenes. Este es un proceso que hay que empezar desde que nuestros hijos son chicos”.