Proviene de México, donde es Profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México en la carrera de medicina, es Médico de familia y Antropólogo.
Ha escrito varios libros, entre ellos “Nosotros los curanderos” y “De cómo curar el empacho (y otras yerbas)”, que es un compilado que recoge diferentes textos sobre botánica, antropología, testimonios y prácticas sobre el empacho.
El Lic. en Enfermería Luciano Crededío tomó contacto con este profesional hace un tiempo a partir de indagar en algunos de sus escritos para conformar el marco teórico para la propuesta que se llevó a cabo durante unos meses que combinaba la medicina tradicional con el saber popular, dando lugar en la Unidad Sanitaria de Pueblo San José a que Irma, una de las más tradicionales mujeres que curan el empacho en esta localidad, pudiera atender en uno de los consultorios de ese centro de salud. Esta experiencia quedó luego trunca en su desarrollo.
De los contactos que siguieron manteniendo vía mail surgió la posibilidad de una visita a la Argentina del Dr. Roberto Campos Navarro, que se está concretando en estos días.
Tiene previsto brindar talleres y disertaciones en la Universidad Nacional del Sur entre jueves y viernes de esta semana.
En diálogo con La Nueva Radio Suárez se manifestó “contento de estar en la Argentina y de poder conversar sobre prácticas que sabemos que son comunes tanto en este país como en México. En nuestro país tenemos experiencias de conjunción de la medicina académica con la medicina popular” expresó el profesional.
Dijo el Dr. Campos Navarro que “es algo que se está iniciando, realizando. Se empieza a ver en los nuevos profesionales de la salud una consideración y respeto al saber popular. En nuestro caso hicimos un estudio en un hospital de la ciudad de México y pudimos encontrar que las madres de familia sí tienen conocimiento, no son unas ignorantes, verdaderamente cuentan con un cúmulo de saberes y de prácticas muchas veces no reconocidas por la medicina académica, como el empacho, el susto, el mal de ojo, las envidias”.
El profesional reconoció que “todo esto no viene en los textos de medicina académica y se transmite, sobre todo entre las mujeres, a través de generaciones. Hay que preguntarse que si existe a través de los años es porque tiene algún grado de legitimidad, pero sobre todo de eficacia. En nuestro país se usa menos la cinta de medir el empacho que lo que se utiliza en países como Argentina y Cuba. En México empleamos plantas medicinales, pero también lo que se llama ‘quebrar el empacho’ o como la gente denomina también ‘tirar el cuerito’”.
“Esto viene de nuestros ancestros pero también de lo que trajeron los españoles, sobre todo los de la zona de Valencia”.
Agregó que “estas prácticas, estos saberes, son muy importantes y han sido desconocidos por la medicina académica, aunque no podemos explicarlos no quiere decir que no tengan eficacia. Nuestra gente tradicionalmente ha hecho complementariedad con estas prácticas, va con el pediatra, pero también lleva a su hijo con la medidora del empacho, hay que preguntarse por qué no hacemos esto mismo los médicos”.
“Tenemos experiencias en México donde se ha hecho y no sucede nada, lo contrario, es un mutuo respeto, porque no solamente es el médico respetando las creencias y las prácticas de nuestros curanderos, sino los curanderos respetando el complemento de la medicina académica” concluyó este ciudadano mexicano que se encuentra de visita en la ciudad de Coronel Suárez y disertará esta semana en la Universidad Nacional del Sur.