Servicio Meteorológico Nacional - Coronel Suárez.
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Nuevamente el vía crucis en Coronel Suárez despertó en la multitud frente al Cristo del camino gran emoción con el especial sentimiento de amor y salvación.

El sacrificio en la cruz que se vuelve a vivir en cada eucaristía.
Los movimientos de la iglesia organizaron con gran impacto espiritual la proyección en pantalla gigante cuyas escenas nos demuestran que Jesús sigue vivo y permanece con nosotros.
Un silencio conmover rodeo la conmemoración y la desconcentración popular de la inmensa cantidad de fieles que participaron.
La partida fue desde la Parroquia Nuestra Señora del Carmen y en todo su trayecto se fue sumado mas gente hasta las ultimas estaciones.
El Párroco Dieco Kessler encabezó la inmensa columna de fieles.

En la noche del Viernes Santo volvemos a vivir con Jesús su Pasión: la aprehensión, interrogatorios, flagelación, coronación de espinas y la crucifixión recordando la Pasión de Nuestro Señor: su aprehensión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión.
En aquel entonces, la crucifixión era la ejecución más cruel y degradante que se conocía. Un ciudadano romano no podía ser crucificado. La muerte sobrevenía después de una larga agonía y después de la partida reflejando cada una de las estaciones la multitud se concentro frente al Cristo del Camino para asistir a las ultimas estaciones, con la participación de integrantes de los movimientos parroquiales.
En la proyección se pudieron apreciar las escenas mas fuerte como cuando Jesús en la cruz, con un sufrimiento físico y moral muy grande, fue capaz de perdonar a los que lo ofendieron.
Desde la cruz, Jesús nos termina de dar su mensaje de amor y salvación dejándonos a su Madre y enseñándonos a perseverar hasta el final. El sacrificio de la cruz se vuelve a vivir en cada Eucaristía, por medio de ella, Jesús sigue vivo y permanece con nosotros.
Por eso en Coronel Suárez el Viernes Santo lo conmemoramos con un Vía Crucis solemne y con la ceremonia de la Celebración de la Pasión del Señor en la que se hace la adoración de la cruz, es decir la Pasión, Muerte y Sepultura de Nuestro Señor Jesucristo. Mediante la contemplación, la reflexión y la oración actualizamos vitalmente nuestra fe en torno a un aspecto central de nuestro credo; con la celebración del Viernes Santo proclamamos solemnemente: “Creo en Jesucristo, Hijo Único de Dios, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado”.
Con la activa participación de fieles en nuestro medio el Viernes Santo un día para reconocer, celebrar y proclamar que Cristo entregó su vida en la cruz por nosotros y por nuestra salvación; como nos dice San Pablo en su cartas: “Cristo nos amó y se entregó por nosotros”, o “Cristo amó a su Iglesia y se entregó a si mismo por ella”, y lo afirmaba hasta en primera persona: “Cristo me amó y se entregó por mí”.
El Viernes Santo es un día para hacer memoria y meditar todo lo que Jesús padeció hace dos mil años en las últimas horas de su vida; todo eso que leemos en los relatos del Evangelio y que con tanto realismo se representa en los miles de pasos procesionales como ocurrió anoche en nuestra ciudad. Todo esto es muy hermoso y tiene un gran valor como expresión de fe y devoción a Cristo crucificado y a su Madre la Virgen María, contemplada en su dolor al pie de la Cruz. Con su profundo sentido religioso, las procesiones estimulan la fe de muchos cristianos, son un testimonio público de fe en medio de una sociedad secularizada y secularizante, e incluso son anunciadoras de Cristo para los que no creen.
En la celebración del Viernes Santo lo más importante es participar en el significado profundo que la pasión y muerte de Cristo tiene para nosotros y para el mundo entero. No basta recordar que Jesús padeció, murió y fue sepultado, sino que es necesario reconocer y proclamar con fe viva que “Cristo entregó su cuerpo y derramó su sangre por nosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”.
Así se comprenden algunas oraciones propias de este día: “Te adoramos ¡oh Cristo! y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo” y también aquella otra que dice: “Bendita y alabada sea la pasión de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz”. Bendecimos la terrible tragedia de la pasión y muerte de Jesucristo porque ha sido en nuestro favor.
Pasaban las 20,30 horas y el vía crucis llegaba al final, como todos los años es admirable la organización, su resultado apreciado con ojos expectantes y conmovidos y una desconcentración popular en silencio con el recogimiento propio de esta jornada que contiene una emoción inmensa.
Este año la particularidad fue que en el Cristo del Camino se proyectó un video de mas de 20 minutos donde se revivieron los principales momentos del Vía Crucis con reflexiones contundentes del significado del Viernes Santo.
Simultáneamente y a medida que avanzaba la columna de fieles por todo el trayecto en el Cristo y ante una gran cantidad de público se escuchaba también el relato y se proyectaban imágenes referidas a las estaciones 11, 12, 13 y 14 mediante un dispositivo especial que estuvo a cargo de Dino Vizzioli tanto en sonido como imagen.
La organización correspondió al Colegio San José y se desplegó un gran operativo de seguridad para ordenar la extensa columna de fieles que era encabezada por el Cura Párroco Diego Kessler, otros Sacerdotes y Monaguillos.
Hoy sábado de gloria, en la Parroquia a las 20,30 horas Solemne Vigilia Pascual, se ruega llevar velas y se produce en el frente del templo mayor de la ciudad, el encendido del sirio pascual y el ingreso al templo a oscuras, hasta proclamarse, “Esta es la luz de Cristo”.

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