Servicio Meteorológico Nacional - Coronel Suárez.
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“Como conozco la guerra valoro tanto la Paz”.
Por el Dr. Rubén Luis Brodsky, Veterano de Guerra de Malvinas.

Las Islas Malvinas, ubicadas en el Atlántico Sur a 600 kilómetros de la Argentina Continental y a 12.000 kilómetros de Londres, desde la ilegal ocupación británica del año 1833 y hasta el presente, han sido objeto de permanente reclamo Argentino ante los principales foros internacionales, mas de cuarenta resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas y ante el propio Reino Unido.

Son incuestionablemente Argentinas desde el punto de vista histórico, geográfico y jurídico.
Histórico eran parte del Virreinato del Río de la Plata en 1810, Geográfico porque hacen a la integridad territorial por la plataforma submarina.
Jurídica porque sus habitantes fueron expulsados por los ingleses y por inobjetables instrumentos que avalan nuestros derechos.
Por lo expresado recibimos, además de la ONU, el apoyo de otros importantes organismos internacionales.
La forma de recuperarlas no es la violencia de cualquier tipo y muchos menos la guerra, pues a esta constituye uno de los actos mas trágico en la vida de los pueblos y por desgracia, también una de las mas frecuentes maneras en que se ha intentado resolver las disputas de la historia universal.
La guerra nos es una obra de Dios, sino un renunciamiento a las escasas pretensiones de la humanidad.
La ONU, reiteradamente desde hace más de medio siglo, ha establecido el dialogo como el modo de solucionar la disputa de la soberanía entre las dos partes: Argentina y el Reino Unido.
la ONU excluye taxativamente del diálogo a los 1.600 británicos isleños, pues se trata, precisamente de ciudadanos británicos, de una población transplantada (implantada) y no de un pueblo.
Curiosamente, las ilegitimas autoridades británicas isleñas convocaron un referéndum para consultas a la población, de isleños británicos, si quieren seguir siendo británicos.
Su previsible resultado no pondrá fin a la disputa de soberanía, ni a nuestros incuestionables derechos.
El derecho internacional publico niega toda validez a la exigencia Británica de que los deseos de la población isleña (Británica) sean obligatorios para una negociación internacional.
Resulta oportuno recalcar que siempre la Argentina se ha comprometido a respetar el modo de vida y los intereses de la citada población.
Malvinas es para los Argentinos no solo un objetivo político de un Gobierno determinado sino una Causa Nacional, un sentimiento aglutinante, al margen de comprensibles posiciones partidistas e ideológicas.
Siento un profundo respeto por la población isleña y por el pueblo Británico, tan ligado a nuestra historia.
George Canning fue el gestor del primer reconocimiento de la independencia a un país sudamericano –la Argentina- por el Reino Unido en 1825.
Ese mismo día se firmo en Buenos Aires el tratado de Amistad, Comercio y Navegación que, entre otras prescripciones, estableció legalmente la Iglesia Anglicana en territorio Argentino.
En el enfrentamiento de 1982 valore la profesionalidad e hidalguía del entonces adversario.
Ambos bandos observamos un comportamiento digno, respetando lo establecido en las normas internacionales que rigen los conflictos bélicos.
La guerra la conciben los políticos pero en su desarrollo mueren soldados.
Es un fenómeno absurdo, inútil e injusto y aun hoy, observamos el horizonte de sangre que amenaza al mundo.
Como conozco la guerra valoro tanto la paz.
Rubén Brodsky.

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