Es bien conocida porque siempre está activa, desarrollando diferentes tareas.
Es una mamá especial, de un hijo especial: Juan Pablo, de 33 años, que tiene parálisis cerebral.
En todas las actividades que participa, lo hace con su hijo, acepta todas las propuestas en las que le permiten llevar a su hijo en la silla de ruedas, donde le abren las puertas a los dos, allí están.
Hay que escuchar lo que dice para comprender por qué tiene la alegría pintada en el rostro.
“Tengo 72 años bien vividos, con cosas buenos, cosas malas, pero yo siempre saco lo negativo y me quedo con lo positivo”.
“Aprendí que lo que pasó paso, ya no se puede solucionar, y que la vida es linda”.
“Siempre te trae satisfacciones. Yo tengo una gran felicidad: que el señor me haya elegido como mamá especial”.
“Para mi lo más importante es tener a Juanpi; por él vivo, soy lo que soy; sé que tengo que estar siempre bien, siempre alegre y contenta porque si yo estoy mal, él también lo estaría”.
Dice que a su hijo lo entiende bien: cuando no quiere seguir viendo un programa por televisión, por ejemplo el informativo, mira fijamente el control remoto; cuando siente sed, mira insistentemente la heladera; cuando está cansado y quiere que lo acuesten, dirige la mirada hacia la habitación.
“No es difícil, todo lo que se hace con amor en la vida es fácil”.
El año pasado, obtuvo medalla de plata en natación en los Torneos Abuelos, en la final en Mar del Plata.
Y como esta, cada actividad que emprende lo hace con pasión y con convicción.
Es una mujer feliz, y se le nota.
 |
|
Imprimir - 
Atrás