Delia Lazarte, enfermera jubilada, vital y solidaria.

Delia Lazarte es una querida enfermera –ahora jubilada hace algunos años- del Hospital Municipal de Coronel Suárez.
A ese lugar, que fue su lugar de trabajo y dedicación durante mucho tiempo no pudo entrar más desde que hace unos años, su nuera, Susana, también apreciada enfermera del hospital, sufrió un grave suceso durante una intervención quirúrgica a la que se estaba sometiendo, que determinó que quedara en silla de ruedas y con múltiples discapacidades.
Por eso en los últimos años siente que el dolor y la angustia la atraviesan, sobre todo al ver a una de sus nietas mayores, hacerse cargo de los otros tres hijos, mientras ella ayuda como puede.
Se la puede ver participando en diferentes actividades que se preparan desde el Consejo de Adultos Mayores.
Consultada, dice que “las mujeres somos todos en la vida de un hombre, en el hogar, en la casa, con los hijos y los nietos”.
“La mujer cumple un rol muy bueno en el mundo entero”.
“Por amor nos entregamos a un hombre, por amor luchamos por nuestros hijos, enfrentando todo hasta el cansancio, estando siempre atentas y enfrentando todo”.
“Son sangre y carne de nosotros mismos. Por ellos damos todo”.
“Por amor nos entregamos a un hombre para que nos proteja, confiamos en él, cosa que a veces pagamos muy caro: con humillaciones, vejámenes, golpes, dejándonos huellas muy profundas y dolorosas, marcadas para siempre, y hasta con la vida”.
“Porque somos mujeres salimos adelante”.
“Dios nos dio mucha fuerza para soportar el dar a luz y también el rechazo que proviene de nuestros propios hijos, pero lo soportamos, porque somos mujeres”.