Caso Olivera-Heit.
Cuatro domicilios recibieron ayer la sorpresiva presencia de la delegación policial y de justicia.

Se trata del inmueble de calle Los Andes 432, que es el primer patio al que pasó Sonia Molina, al momento de salir de los dominios de la vivienda donde estuvo cautiva.
Ese domicilio se conecta por otro, a través de un simple alambrado de hilos –las dos familias están emparentadas- por lo que alcanzó el patio de la casa de Los Andes 432.
Esta última vivienda es la que tiene la puerta de garaje por cuya ventana pasó Sonia Molina para alcanzar la calle y pedir socorro, en las primeras horas de la mañana del día 12 de noviembre.
Ambos domicilios fueron visitados ayer por la delegación que conformaban la doctora María Marta Corrado, fiscal de la causa en la que están implicados Heit y Olivera y que integrada además por miembros de la Policía Científica de Coronel Suárez, una secretaria o ayudante de la Fiscal y Sonia Molina.
La mujer que habita la finca de calle Los Andes, le indicó a la Fiscal que la mañana en que Molina escapó había salido muy temprano y al regresar le llamó la atención la ventanita que estaba abierta y que estaba segura no la había dejado en ese estado.
Por lo que cuando se conoció por la tarde-noche el suceso y a la mañana siguiente, el día 13 de noviembre, se abundó con mayores detalles de la escapatoria, pensó en la probabilidad de que Sonia Molina hubiera utilizado esa abertura para ganar la calle.
Como queda dicho, también se habían sumado (poco después de las 11 de la mañana) dos de los abogados defensores Mariano Jara y Claudio Lofvall, uno defensor de Estefanía Heit, el otro de Jesús Olivera, ambos pertenecientes al prestigioso estudio bahiense que tiene la responsabilidad de la defensa de los dos acusados.
Pero también recorrieron otros domicilios: el de Gran Bourg 1358, vivienda en la que Sonia Molina recordó que había pedido trabajo y según apuntó la mujer que vive en el lugar, fue unos dos o tres meses antes que todo saliera a la luz.
Lo mismo que en el domicilio de calle Los Patos 237, donde también concurrió Molina a pedir trabajo de empleada doméstica.