Servicio Meteorológico Nacional - Coronel Suárez.
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Caso Olivera-Heit.
Sonia Molina mostró a la Fiscal Corrado el recorrido que hizo para escapar de su cautiverio.

La funcionaria judicial minuciosamente observó cada uno de los detalles.
Hasta se subió a un paredón y se paró sobre un tambor.
No dejó ningún lugar sin revisar.

Una ventana del domicilio de la calle Grand Bourg 1823, que logró levantar un poco (mostró con sus manos al policía que con el metro midió la altura); el patio posterior de la vivienda.
Un tambor al que se subió para sortear el paredón de la vivienda, lindero con el patio trasero de otra casa.
Desde allí por la división de alambre que separa el patio de otra vivienda y desde ese lugar hasta la puerta del garaje del domicilio de Los Andes 432, que siempre permanece cerrada con llave.
También lo estaba esa mañana del 12 de noviembre a eso de las 6 de la mañana cuando Sonia Molina hizo el recorrido hacia su libertad.
Pero ese portón tiene una pequeña ventana, muy finita, la que le dio la llave final para alcanzar la vía pública.
La abrió y delgada como estaba, pudo pasar.
Desde allí pidió ayuda. Se la brindó el sereno de un barrio de viviendas en construcción que está por esa zona.
Ese hombre llamó un taxi y pagó el viaje hasta Pueblo San José que realizó la mujer.
El resto bien se conoce: el auxilio de la familia en la que había trabajado como empleada doméstica, la denuncia en el destacamento de Pueblo San José, el traslado hacia el Hospital, y la investigación que dio cuenta de un hecho aberrante y muy escandaloso para una ciudad bastante tranquila.
Lo que sumó notoriedad no solamente a nivel nacional sino traspasando las fronteras del país, es que una de las acusadas como autora es Estefanía Heit, conocida periodista del canal local, insospechada en este aberrante rol desde su presencia solidaria y de buen humor que siempre mostraba a través de la pantalla y personalmente.
Sonia Molina mostró a la policía la ventana de la habitación en la que estaba, la que subió unos centímetros para poder salir.
Desde allí, por el patio, en la madrugada de ese lunes, caminó hacia los fondos de la vivienda, para treparse a un tambor para luego cruzar al otro lado, hacia el patio de la vivienda de la calle Los Andes 432.
Al tambor se subió primero Sonia Molina en la inspección ocular (que se transformó sin quererlo en una reconstrucción del momento de la escapatoria), también la policía y luego lo hizo la Fiscal, que muy cerca de la víctima –es la que hará su representación en el juicio oral que se viene este año y a quien le corresponde acusar a quienes están sindicados como autores del hecho- le preguntó y repreguntó sobre cada uno de los momentos y las acciones que acompañaron esos momentos que fue viviendo en camino hacia su libertad.
Por eso se pudo ver desde un patio lindero –las fotografías tomadas ayer poco después del mediodía así lo muestran- el momento en que ambas mujeres subidas al tambor primero una y luego la otra- reconstruyen paso a paso la escapatoria.

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