¡Empezaron las clases!.

Ayer, bien temprano en la mañana, antes de las 8 hs., se observaba el movimiento en la ciudad que se había multiplicado en relación a otras jornadas.
Padres e hijos, de guardapolvo blanco, se dirigían hacia los establecimientos educativos para comenzar un nuevo año escolar. Un momento que es muy esperado por todas las familias, que vuelve a poner otra vez a todos en la vorágine de horarios, obligaciones, tareas para completar y la responsabilidad de la participación en los procesos de enseñanza aprendizaje.
Algunos con caras largas, muchos otros con los rostros felices, sonrientes, todos con la seguridad que estaba sucediendo lo que se debe en una sociedad constituida: los chicos a estudiar y los maestros a ser propiciadores activos, puentes efectivos del pasaje hacia el conocimiento institucionalmente organizado.
Hubo directores que pasaron buena parte de la mañana llevando de la mano a algunos de los más chiquitos, que con lágrimas en los ojos pedían la presencia de los padres; y los mismos papás que acompañaron a sus hijos a este primer día de clase, bien atentos a todo lo que decían las docentes y los directivos, buscando participar activamente en el tránsito de estos primeros años por la escuela.
La cuestión es que las Banderas Argentinas volvieron a flamear en los patios de las escuelas, mientras que en las aulas, con tiza y pizarrón, empezaron los primeros aprendizajes.
En muchos de los mensajes iniciales no se dejó de mencionar el conflicto con el que este año se inician las clases y las zozobras que son la característica constante en todos los ámbitos que se mire la educación, si se toma en cuenta que hay docentes que no han terminado de cobrar sus sueldos atrasados, todos no saben cuánto van a recibir este año como salario, hay obras en las escuelas que no se han terminado, se está reduciendo todavía más que lo anunciado el servicio de comedor escolar y no se sabe lo que va a pasar con el transporte.
Pero como dijo la Directora de la Escuela Nº 2, en un interesante mensaje con destino a los padres, para poner en claro la situación, a pesar de todo eso, “los docentes, en la escuela, con una sonrisa, dispuestos a comenzar las clases y multiplicando esfuerzos para que cada aprendizaje sea efectivo”.