Triste despedida a una enfermera que dejó muy bien sentados los prestigios de la profesión.

En el mismo lugar donde trabajó durante tantos años, y del cual se jubiló a fines del año pasado, Elba Taccari recibió como correspondía una despedida muy afectuosa de sus compañeras de trabajo, algunas en actividad y otras que llegaron especialmente al sector Internación, por calle Garibaldi, para despedirla y brindarle con lágrimas en los ojos el último adiós.
En la tarde del martes su vida se apagó, allí también en el mismo edificio que transitó por diferentes turnos, llevando siempre el orgullo del delantal blanco y la mas sagrada profesión de enfermera, a la cual honró y le dedicó los mejores años de su vida, mientras se ocupaba simultáneamente de la contención de su familia y educación de sus seres queridos.
Al decir de sus compañeras, Elba Taccari fue una enfermera hecha y derecha, de las de antes, de las que ponían la vocación y a partir de allí no solamente la atención del paciente sino la contención emocional y el sacrificio constante de cada día.
Todos esos años de trabajo no fueron en vano, ha quedado en el Hospital un gran recuerdo y así lo manifestaron sus compañeras, el personal en general que se concentró a las 10 de la mañana del miércoles pasado frente al sector de Internación, donde el cortejo fúnebre hizo un alto antes de su traslado definitivo al Cementerio Municipal.
Muchos de los presentes no ocultaron sus lágrimas y en la Radio nos ha llegado un mensaje de sus familiares que expresa lo siguiente: “solicitamos agradezcan por nosotros, sus hijos, a todas sus compañeras que la cuidaron y nos contuvieron, a los Dres. Migliavaca y Gasteneguy por su calidez y dedicación y a todos aquellos que acompañaron en este momento”.