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Cuando los chicos reniegan de la escuela.

Vale preguntarse el valor que la educación tiene para esa familia.

Marcos Weiman es Psicólogo, también integra el grupo del EDI (Equipo Distrital de Inclusión) y el Gabinete de Psicología de la Escuela Media Nº 1.
La Nueva Radio Suárez lo consultó para pedirle orientación para padres, en aquellos casos de niños-adolescentes-jóvenes que se niegan a cumplir su responsabilidad escolar, que transcurren el año sin trabajar mucho y que luego obtienen como resultado muchas materias para rendir porque no alcanzaron a compensar los conocimientos mínimos establecidos.
En realidad de los primeros planteos del dialogo y de la respuesta del profesional consultado surge la importancia que sean los padres quienes a la pregunta ¿qué hacer con estos chicos?, repregunta Marcos Weiman “¿qué valor tiene la escuela en ese grupo familiar?”.
En realidad los chicos, aunque no lo queramos ver, son el resultado de una casa, un hogar, una familia, unos padres, no son otra cosa que el fruto de la crianza.
Indica que hay que preguntarse, entre otras cosas, ¿qué vivencias tiene en su escuela? ¿Qué valor social tiene la escuela para él y para su familia?
“Otra cosa que hay que tomar en cuenta es que los jóvenes, los adolescentes, están urgidos por la inmediatez, quieren todo ya y si es posible para ayer; en cambio la escuela es un proceso que en el nivel secundario dura 6 años, que no todos están dispuestos a sostenerla. Por otra parte la escuela pone sus límites, es una organización con pautas de convivencia, con horarios. Debemos preguntarnos si ese joven ve la escuela como posibilidad de mejora, si la ve para poder trabajar y superarse”.
“Es importante empezar a poder hablar dentro de la familia y a resolver sinceramente el valor que la escuela tiene como bien social, como posibilidad de cambio, tomando en cuenta que en las generaciones de hoy no existe más el no o el sí sin ningún tipo de explicación y de razón. Los adolescentes son sujetos de derecho, perciben los dobles mensajes. Vale la pena que los padres se pregunten qué están queriendo decir los chicos con esa conducta que sostienen”.
En otro punto de la nota indica el Psicólogo consultado que “es importante la apertura que tiene la escuela para poder hablar: muchas veces puede ser el director, el docente, el profesor, la preceptora o la portera, pero en ocasiones hay para ese alumno que está en conflicto con la escuela una persona de referencia a la que le dice lo que le pasa, por eso es importante el trabajo grupal, en equipo”.
Marcos Weiman concluye la entrevista apuntando que “por otra parte aún los que tienen mayores problemas dentro de la escuela no hacen todo mal: algo han hecho bien y si se mira con detenimiento quizás sea mucho. Vale la pena poner la mirada, el acento en esos frutos, como punto de partida, para buscar mejores resultados en los logros que todavía no alcanzó”.