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Los personajes de la ciudad.
Néstor Domínguez: 32 años en la Obras Sanitarias de la Municipalidad, larga trayectoria como docente.

En el corazón, los colores de Deportivo Sarmiento.

Hace unos años que dejo la función municipal, luego incluso de ser Director de Obras Sanitarias.
De lo que recuerda de esos años es a los diferentes intendentes y cómo algunos tenían la sana costumbre de consultar a los técnicos para informarse adecuadamente de lo que sucedía en las diferentes áreas de los servicios municipales.
Esos intendentes sabían escuchar lo que tenían para decirle los especialistas de las diferentes áreas.
De la política –supo ser un activo dirigente radical- dice que está alejado “hace por lo menos 10 años que dejé de militar”, lo que no quiere decir que no esté informado o no sepa lo que sucede.
De una función de la que le cuesta marcar la despedida, es de la docencia.
Tiene previsto empezar a pensar en la jubilación en este año, pero las “nuevas juventudes” como muchos llaman ahora a la nueva generación de jóvenes y adolescentes, no lo han cansado, ni tampoco amedrentado con sus energías y sus demandas.
Por el contrario, cada vez que entra a un aula para dar Física o Iniciación a la Matemática, se siente renovado y con el mismo entusiasmo del primer día.
Desarrolla entre sus alumnos confianza, pero le guardan un respeto especial, de quien saben, enseña con mucho conocimiento de base en lo suyo, y siempre procura poner la nota justa. Es de esto de lo que habla sobre el particular:
“Es lo que siempre me ha desvelado en todos los tiempos, la preocupación o el cuidado que he mantenido con todos los alumnos: poner la nota justa a cada uno, buscando no cometer injusticias”.
Tiene una forma de explicar una materia tan odiada por muchos como la Física, de manera bien práctica, de manera que hace accesibles conocimientos que de otra manera pueden resultar muy difíciles de comprender.
Y en el corazón, guarda un lugar especial para Deportivo Sarmiento, su club de toda la vida.
El mismo que hace unos años, en un período económico y financiero muy difícil de la entidad, tomaron con un grupo de amigos para administrar en una gestión que en conjunto sumando la presidencia de Gustavo Ferraro duró 4 años, y que permitió sacar a flote una institución muy grande y con mucha historia en Coronel Suárez.
Entonces, ese grupo de dirigentes que durante 4 años trabajó incansablemente tenía una frase para darse aliento: “Hay que dejar de llorar y ponerse a trabajar”, así lo hicieron, dieron mucho de sí, para dar lugar a que Deportivo pueda tener el presente que está viviendo actualmente.