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Una delegación de 26 jinetes participó de los festejos del Bicentenario de la Batalla de San Lorenzo.

Notable emoción recordando la gesta sanmartiniana que fue bautismo de fuego para los Granaderos.
Nuevamente sobresalió la presencia de Coronel Suárez en este acontecimiento histórico para todos los argentinos.

El domingo último, cuando se cumplieron 200 años de la Batalla de San Lorenzo, el primer y único combate que tuvieron las tropas del General San Martín en territorio argentino, una delegación de 26 jinetes suarenses, varios de ellos niños con sus padres, participó de los actos de festejos de este bicentenario en el mismísimo Campo de la Gloria, lugar exacto donde se produjo el histórico combate, a orillas de las barrancas del Río Paraná.
Para todos los que participaron hubo lágrimas por momentos, mucha emoción y la carga afectiva de saber que se estaba participando de los 200 años de una batalla de la que oímos todos hablar desde pequeños, con la Marcha de San Lorenzo, que empezamos a cantar desde antes de entender lo que significó, con la historia de Cabral, que sacrificó su vida para salvar la de San Martín y permitir así que se cumpliera la liberación de Chile y de Perú bajo la genialidad del hombre y del militar que había abrevado aprendizajes sirviendo a las fuerzas del rey de España y que por la libertad e independencia de la patria no dudó en enfrentarse a quienes habían sido sus compañeros de armas.
Los detalles del viaje y de la participación suarense en el acontecimiento los brindó Juan Galbarino, quien destacó la actitud de Horacio Araya, quien fuera el promotor del viaje de la delegación local.
Como ya se había anticipado el día sábado, alrededor de las 16 horas, y acompañados por Inspectores de la Municipalidad de Rosario que iban cortando el tránsito, los jinetes llegaron al pie del Monumento a la Bandera, donde acompañados por diferentes autoridades desarrollaron un acto de homenaje.
Luego viajaron unos kilómetros hasta Capitán Bermúdez, donde quedaron los caballos, mientras la delegación se dirigió en vehículos hasta San Lorenzo, allí hicieron noche, regresaron al día siguiente a buscar los animales y acompañando a los 40 Granaderos que habían llegado desde Buenos Aires para participar del acto ingresaron al lugar donde el domingo se llevó a cabo la ceremonia protocolar.
A las 10 de la noche la delegación suarense pudo desfilar por el Campo de la Gloria, pasar por el mismo lugar donde el caballo aplastó a San Martín y donde Cabral se interpuso en el camino de la bala, recorrer todo el predio y rendir homenaje a los hombres que participaron de la histórica gesta que fue bautismo de fuego y preludio de la libertad e independencia que llegaría años después para las tierras americanas.