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Leticia Jencquel.

Una artista plástica cuyas creaciones se deslizan entre ventanas, paisajes bien reales, pero también con la expresión figurativa.

Aunque tiene un pasado familiar que pesa y mucho de artistas plásticas reconocidas (su abuela en Inglaterra, famosa retratista y especialista en miniaturas; su madre también experta en este tipo de obras de arte), cuando decidió dedicarse a una actividad creativa, allí por el año ´77, eligió el tallado en madera.
Así, con una amiga, fueron a tocar la puerta del taller de quien por entonces era una reciente egresada del Bellas Artes, María Cristina Elorriaga, quien le explicó que no enseñaba tallado en madera, pero con el dibujo al que la podía conducir podía encontrar las ideas bases para después tallar el material.
Al final no pudo escapar a la tradición familiar y la pintura se le metió en las venas de tal forma que transcurridos muchos años, cuando piensa en tomarse un año sabático, lejos de la pintura, inmediatamente renuncia porque se pregunta “¿qué haría sin hacer nada? Si lo que quiero es pintar”.
Son característicos en sus cuadros los paisajes y las casonas antiguas. Pero lo que la define sobre todas las cosas son las ventanas, a través de las cuales el observador puede preguntarse qué hay detrás o imaginarse una plácida vida familiar detrás de los vidrios.
Hace unos años atrás, casi por inspiración que llegó sorpresivamente, se pasó a una experiencia de producciones originadas en una caja de clavos que se engarzan en un juego para los niños y que fueron su fuente de inspiración para más de 20 obras.
“Los clavos me representan los vínculos de la gente, que son fáciles de desarmar y difíciles de rearmar, como las relaciones humanas, tan sencillas de unir y de separar. Esta experiencia fue como empezar a pintar otra vez”.
Tiene muchos premios en su haber, que los siente como la confirmación de su resultado artístico, y cada cuadro que alguien le compra, más que el rédito económico, implica también confirmar que otro se siente identificado con lo que ha pintado.
Casi todos sus cuadros están vendidos; sus obras están en diferentes lugares del país y del exterior. Leticia Jencquel, artista plástica que ha trascendido hasta sus propias fronteras y que cada vez que recibe un premio se dice a sí misma, con mucha humildad, “Caramba, no estaba tan mal”.