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En Coronel Suárez hay mucho consumo de alcohol y marihuana.

“Como padres debemos estar atentos, ver cómo van nuestros hijos, con quién, cómo regresan, en qué estado. Observando especialmente los cambios que van produciendo que no son de crecimiento, sino aquellos que llaman la atención y no corresponden a una conducta normal de adolescente o de joven” expresó Viviana Adasus, del Centro de Atención de las Adicciones.

Este título, que para muchos puede causar asombro, no es más que la desapasionada descripción de una realidad que muchos no quieren ver y que siguen ocultando bajo la alfombra.
Consultada Viviana Adasus, del Centro de Atención de las Adicciones, dijo que “hemos empezado el año muy tranquilos, pero la experiencia de temporadas anteriores nos dice que en estas fechas hay una baja en las consultas, los pacientes se toman también para esto algunas vacaciones”.
Indicó que el horario de atención del C.P.A. es en época de verano de 7 a 13 horas y el teléfono a disposición es el 429490.
La profesional expresó que “siendo únicamente dos personas que estamos en el Centro nos cuesta mucho hacer uno de los aspectos importantes que tiene el Servicio, que es la prevención. Si bien ofrecemos charlas en las escuelas y otras actividades, la realidad es que la mayor parte de las actividades están dedicadas a la atención en consulta”.
Indicó que “vienen jóvenes, adolescentes y también algunos adultos, los más chicos son traídos por sus padres mientras que los jóvenes en cambio, de 20, 25 años, vienen solos. Hay que tomar en cuenta que además del consumo de alcohol –que nunca disminuyó- se suma también el abuso del consumo de marihuana, que está en todo su auge y ahora se ve mucho más, según lo que nosotros registramos en este momento”.
La profesional consultada dijo que “la problemática del consumo la gente joven la empieza a notar cuando comienza a tener problemas de relación con su familia, sus amigos o inconvenientes con la Justicia, es ahí cuando empiezan a notar que esto está siendo una dificultad para ellos. El problema es que está muy naturalizado el consumo: para los chicos es normal, lo ven como natural, que todos están en esto, todos se divierten de esta manera. Por eso cuesta hacerles ver que se pueden divertir de otra forma, sin necesidad de apoyarse en el consumo de alcohol o drogas”.
Agregó que “hay muchas cosas que influyen negativamente: los medios, sus pares, sus ídolos que se muestran como que ‘no pasa nada’ y entonces resulta difícil luchar contra estas cosas”.
Habló de la importancia, como padres, de “estar atentos, ver cómo van, con quién, cómo regresan, en qué estado. Observando especialmente los cambios que se van produciendo en los hijos que no son de crecimiento, sino aquellos que llaman la atención y no corresponden a una conducta normal de adolescente o de joven. La consulta no viene mal y siempre permite despejar dudas” expresó Viviana Adasus.