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Vacaciones, verano.

¿Tiempo de paz y amor en las familias?
La Nueva Radio Suárez habló con la Lic. en Psicología Andrea Tarnousky.

Las preguntas que respondió la profesional que pertenece al Servicio de Salud Mental, que funciona en el Hospital Municipal, fueron específicamente por qué en este tiempo pareciera que se agudizan las depresiones y también en torno a los conflictos que las vacaciones traen consigo, alejando la concreción de esos buenos deseos de paz y amor que tanto se prodigan por estas fechas.
Explicó que “los casos de depresión, se ha comprobado, aumentan con cada cambio de estación; de hecho los índices de suicidio se incrementan hacia los meses de septiembre - octubre y también en estas fechas. Muchas veces en el balance que hacen las personas, si estos no son muy positivos, se agudizan las crisis que tienen, como una patología previa, y que frente a estos balances o diferentes acontecimientos empeoran”.
Indicó que “el año anterior hemos trabajado mucho en charlas de salud mental, tratando de llegar a la gente, buscando diferentes formas de canalizar lo que sienten y le pasa”.
Agregó que “somos bastante exigentes con nosotros mismos, buscamos tener cosas materiales y dejamos poco tiempo para estar con nosotros mismos, para fortalecer los vínculos, las relaciones. Pareciera que todo es muy efímero, que nos dura poco. En la era de la comunicación estamos todos muy incomunicados. Me parece que no vivimos bien, que tenemos que empezar a conectarnos con los otros. Las familias siguen siendo la célula básica de la sociedad, en la que se desarrollan los primeros vínculos, los aprendizajes esenciales, los que vamos a seguir repitiendo a lo largo de nuestra vida. Y hoy nos encontramos con papás muy ausentes que proveen desde lo material pero desde lo afectivo y la contención están muy ausentes, y esto se paga a lo largo de los años”.
Enfatizó que “los padres son los adultos referentes, los que enseñan a los hijos a enfrentarse al mundo. Lo mejor es aprender a frenar en este vivir el día a día para escuchar y mirar al otro, para conocerlo, ver cómo está y cómo se siente. El sentido de familia no se da mágicamente o a través de la palabra, se da a través de las vivencias. Por eso las vacaciones son un buen momento para aprender a estar todos juntos, a disfrutar de los juegos, la palabra y el afecto entre padres e hijos”.