Servicio Meteorológico Nacional - Coronel Suárez.
   

Acto de cierre del ciclo lectivo del Centro de Formación Profesional Nº 401.

Encendido discurso del Director Omar Rabuini.
“Queremos la solución de fondo, necesitamos nuestra sede propia, alguien tiene que escucharnos y gestionar para lograr el objetivo; los adultos que se preparan y estudian en nuestro establecimiento se lo merecen”.

El salón de usos múltiples de la Escuela Nº 7 fue el lugar elegido por las autoridades del Centro de Formación Profesional Nº 401 para despedir el año, llevar adelante el acto por el fin del ciclo lectivo y entregar los diplomas a los egresados.
Como sucede habitualmente la ceremonia protocolar se inició con la entrada de las Banderas de Ceremonias, cuya abanderada del Pabellón Nacional fue Natalia Patthauer, escoltada por Adriana Di Toro y Mercedes Bazán; mientras que la Enseña Bonaerense fue portada por Marta Pach Morand y sus escoltas Adriana Much y Elsa Graff.
Posteriormente se entonaron las estrofas del Himno Nacional y como es tradicional del 401 se hizo mención de honor al alumno o alumna de cada uno de los cursos que se dictaron a lo largo del año.
Recordemos que durante el 2012 los cursos que se dictaron fueron los siguientes: administración de pymes, auxiliar en marketing de productos, camisero, confección de ropa informal y deportiva, cocedor a mano y maquina, diseños de espacios verdes uno y dos, instalador electricista, ingles nivel uno y dos, liquidación de sueldos y jornales, modista, montador electricista, operador de informática de oficina uno, dos y tres y manipulador de alimentos.
Luego, y como es característico, fue el Profesor Omar Rabuini, Director del establecimiento, acompañado por la Inspectora del área, Alicia Bordón, y el Consejero Escolar Luis García, quien pronunció su discurso anual, el cual, como se esperaba, apuntó al serio inconveniente que se le presenta al Centro de Formación Profesional, ya que vence el contrato de alquiler del edificio de la primera cuadra de la calle Sarmiento el próximo 30 de abril, el cual no será renovado y además la Dirección General de Escuelas dejará de pagar el alquiler de algún espacio físico, motivo por el cual deberá reubicarse en otro establecimiento educativo de la ciudad, que podría ser la Escuela Técnica, hasta contar con una sede propia.
Categórico como siempre, meditado y reflexivo el Profesor Omar Rabuini expresó en su mensaje a la comunidad educativa, alumnos, profesores y gran cantidad de familiares de los egresados que se dieron cita en la oportunidad que “las acciones de casi treinta años de trabajo fundamentan, de varias maneras, que el Centro de Formación Profesional está constituido, como tantas buenas construcciones humanas, por docentes y alumnos que volcamos una abundante carga afectiva en la misión que nos reúne. Y en ese donativo se funda la eficacia que humaniza la construcción y la consolida. Percibimos además que esa capacidad afectiva no se diluye en la rutina diaria. Con el tiempo, la sensibilidad institucional se robustece, se amplifica y tanto venturas como adversidades se registran vivamente en nuestros espíritus”.
“No suelo poner de manifiesto, expresamente, los valores emotivos que se juegan en nuestro Centro, porque se dan naturalmente. Simplemente existe ese clima que hemos logrado, del que ustedes y nosotros disfrutamos todos los días. Pero surgen circunstancias, como las que ahora voy a referir, en las que viene muy bien ponerle palabras a los estados del afecto, sobre todo cuando se necesita sentir la fuerza que da la unión en una familia como la nuestra”.
“Y ya dentro de un marco apropiado quiero decirles que nunca quise imaginar este momento, ingrato para todos, de tener que confirmar la noticia de que pronto tendremos que abandonar nuestra casa. Y lo digo afirmando que siempre supimos que, sin la solución de fondo, tarde o temprano esto nos iba a pasar”.
“Tener que confirmar la mala noticia, que data de apenas unos días, en el acto donde celebramos el evento más feliz e importante del año parece una paradoja. Sin embargo la vida nos enseña que en momentos felices, tanto como en los ingratos, queremos estar reunidos como ahora, con la presencia de todos ustedes compartiendo, como dije, afectos y propósitos”.
“Nuestro fantasma se convirtió en realidad y me pareció que por sus consecuencias institucionales debía ocupar este lugar entre mis palabras de despedida. Me siento animado entonces frente a ustedes para informar la novedad que austeramente les iré detallando”.
“El Centro se tiene que ir del edificio que ocupa y así ocurrirá de no mediar algún hecho extraordinario que nos aleje, en el mientras tanto, de este escenario injustificable. De suceder el desalojo la situación del Centro retrocederá dieciséis años, cuando no teníamos todavía un lugar propio en nuestra ciudad que nos identificara exclusivamente, como corresponde a todo servicio educativo y, al mismo tiempo, aportara las condiciones mínimas pero funcionales que tenemos hoy, para beneficio de los centenares de vecinos que anualmente concurren al 401 en procura de una auténtica formación para el trabajo. Así las cosas, y al menos hasta hoy, el Centro está perdiendo ese querido lugar en la primera cuadra de la calle Sarmiento, que para todos nosotros echó raíces”.
“Mucho podría decirse, sobre lo ya dicho, vinculado a los avatares que en estos casi treinta años de existencia del Centro sobrevolaron nuestro permanente reclamo por la provisión del edificio propio y definitivo que ocupara su lugar junto a los que prestigian la imagen urbana de la ciudad y son símbolos de nuestro acerbo educativo. Pero no es el lugar ni el momento de analizar responsabilidades y omisiones en relación a esta decepcionante privación, dilatada durante tantos años. Indudablemente, para los que integramos el Centro, ningún argumento, a esta altura, es suficientemente justificador. Nada que, franca y lealmente, pudiera ser convincente. No dudamos en afirmar que en algún momento de todo este extenso tiempo, pudo y debió darse una solución satisfactoria y definitiva a la dinámica comunidad de Coronel Suárez”.
“Siendo ustedes cabales integrantes del Centro deben estar preguntándose ya cuál será entonces la suerte, el próximo destino de la institución. Literalmente, a dónde nos va a llevar. Voy a responderles en función de la información suministrada”.
“Las autoridades educativas del Consejo Escolar y Jefatura de Inspección Distrital se vieron funcionalmente apremiados a buscar alternativas de ubicación, ante la negativa de los propietarios del inmueble de renovar el contrato de alquiler que vencerá el 30 de abril próximo. El alquiler lo paga la Dirección de Cultura y Educación que, por su lado, agudiza el problema instruyendo a nuestras autoridades para que no se efectúen nuevos contratos de locación”.
“La búsqueda de una solución de emergencia, a cargo de los niveles mencionados, llevaron a evaluar las posibilidades que pudieran ofrecer las distintas instalaciones educativas, arribando a la conclusión de que el lugar más apropiado para alojar nuestro servicio, por afinidad de cometidos y disponibilidad de espacio físico, según se fundamentó, es la Escuela de Educación Técnica, que prestaría algunas aulas y espacios comunes. No obstante esas instalaciones resultan insuficientes y se proyecta la construcción de dos talleres adicionales en su terreno para alojar los cursos de Computación e Indumentaria que por sus requerimientos tecnológicos están fuera de las posibilidades de la Escuela prestadora. Sin embargo a la fecha la construcción no tiene resuelto el desembolso que superaría los 300 mil pesos, dado que sólo 100 mil podría aportar el Consejo Escolar, de acuerdo a sus propias estimaciones”.
“Poco más podemos agregar al día de hoy. En todo caso al 30 de abril tendremos un panorama más claro, tanto mejor o tanto peor. Pero el problema de fondo persistirá. Lo que nos está pasando basta para seguir sosteniendo que, en tanto la situación del Centro de Formación Profesional continúe siendo precaria, esto es, sin su propio edificio, su estabilidad será siempre precaria. La institución seguirá debatiéndose entre paliativos y situaciones inadecuadas para un servicio educativo sometido a la suerte de coyunturas, que el Centro no tiene alcance para manejar”.
“Nuestro margen de optimismo es muy estrecho, pero hemos reservado una franja para una nueva posibilidad, dado que en los últimos días se mostró en el horizonte un Plan de Mejoras de nivel Nacional que contempla la construcción de nuevos edificios para la rama técnico profesional. Esta posibilidad es muy endeble y solo podrá tener chances en la medida que contemos con el compromiso del conjunto de los actores de influencia de nuestro Distrito: educativos, políticos, sociales y económicos, para que mancomunadamente logremos instalar la prioridad distrital que exige el Plan para poder construir el edificio. Si perdemos esta oportunidad no la volveremos a tener por años.
Para cerrar el tema, y en nombre de la comunidad, refirmamos nuestro reclamo y lo seguiremos haciendo todo el tiempo que fuera necesario hasta que llegue quien tenga la ineludible percepción, la decisión y la atribución para concretarlo. Los adultos que se forman para el trabajo representan un segmento muy valioso del Sistema Educativo. Merecen su propio lugar. Que no se los subestime por ser adultos”.
“Y bien, queridos egresados, no nos resulta fácil desarticularnos del problema que nos ocupa, pero tenemos muy claro que el verdadero motivo y verdaderamente feliz por el que estamos convocados es esta fiesta, sabiendo como sabemos lo que significa para ustedes y para sus familias la decisión, el transito y la culminación de una capacitación para el trabajo. La felicidad aflora cuando se siente que se ha cumplido con algo muy importante como es el deseo de apostar siempre más, y en principio, por uno mismo”.
“No nos equivocaremos, a juzgar por lo que hemos visto y escuchado durante el ciclo, si les decimos que sabemos que lo han pasado muy bien en el Centro. Pasarlo muy bien para nosotros significa aprovechar muy bien el tiempo valioso que han invertido, mediante un balanceado de interés, voluntad, compromiso, espíritu crítico y sobre todo, buen humor. Y digo, sobre todo buen humor, no por ser lo más importante, sino porque es el que más se hace oír y, en lo personal, puedo agregar que me resulta gratamente contagioso”.
“Y ahora como siempre, lo que nunca debe faltar: el agradecimiento. Tenemos mucho que agradecer a mucha gente a través de sus distintos roles en nuestra sociedad. A todos los que sintiéndose solidarios, de una manera u otra, desde un sitial u otro, favorecen el cumplimiento de nuestro trabajo”.
“Finalmente nuestro agradecimiento más especial para nuestros queridos alumnos que egresan, porque de cara a la sociedad pusieron lo mejor, confiando en que en el Centro encontrarían un nuevo motivo para seguir aspirando a una mejor condición de vida. A partir de ahora queda abierto un camino más. De ustedes depende el porvenir. Muchísimas gracias”, así cerró el Director del Centro de Formación Profesional Nº 401, Omar Rabuini, ante un sostenido aplauso del alumnado y de todo el cuerpo de profesores.
Acto seguido se procedió a la entrega de diplomas a la gran cantidad de egresados, quienes a lo largo del año concurrieron a los diferentes cursos que aquí se dictan.

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