Imprimir Página | Volver a página de inicio

Se reunieron alrededor de 100 integrantes de la familia Horn..

Un acontecimiento familiar pleno de emociones.

Hace alrededor de 6 años que los descendientes de la familia Horn se reúnen una vez al año.
Son los descendientes de Miguel Horn y Catalina Diezer, quienes formaron parte de las familias pioneras de Santa Trinidad.
A estas tierras llegaron tras una larga travesía que implicó la partida de Rusia primero, luego Brasil, Entre Ríos y finalmente Coronel Suárez.
“Buscaban buenas tierras para el cultivo, porque eran labradores, era eso lo que sabían y querían hacer”, dice Atilio Horn, uno de los nietos de Miguel Horn, quien reside en 9 de Julio, y no se pierde ninguno de estos encuentros.
Por su parte, Cecilia Martel, que es también nieta de Miguel, y que llegó a Coronel Suárez, trayendo a una de las hijas de Miguel y Catalina (actualmente viven tres, las otras dos no pudieron venir por razones de salud), recordó los años en que pasó su infancia entre Suárez y Santa Trinidad: “de chiquita, mientras mi abuelo vivía –estuvo con nosotros hasta los 90 años- veníamos a visitarlos. Me acuerdo que enseñaba en la escuela alemán y castellano y además era el capellán de la iglesia, allí tocaba el órgano, se ocupaba de tocar las campanas llamando a misa. Sus hijos estaban en el coro cuando se hacían las celebraciones. Cuando mi abuelo falleció no vine más, y hoy volvemos con mi mamá, luego de 30 años y nos da mucha emoción recorrer estas calles, estos lugares que hacía tanto tiempo no visitábamos.
Atilio recordó, por su parte, que Miguel tenía el título de maestro superior, que implicaba que se ocupaba de varias ramas de la enseñanza “en esas épocas esta denominación tenía un significado distinto, implicaba que tenía un estudio general de todo: música, historia, geografía, y otras. Hoy una calle lleva su nombre, lo que nos pone muy contento porque es el reconocimiento a la tarea que desplegó para preservar las tradiciones y las costumbres de los alemanes, aún cuando ya estaban en Argentina”.
La reunión familiar de los Horn comenzó el sábado por la mañana, y se centró en la Escuela Agropecuaria, en el área de comedor y residencia con las que cuenta el establecimiento. Muchos niños, descendientes de Miguel y Catalina, a partir de alguno de los 13 hijos que tuvo el matrimonio, jugaban en el amplio espacio verde con que cuenta la escuela. Por la tarde, algunas de las mujeres amasaron deliciosos kreppels, trayendo hacia todos un sabor muy familiar de tardes de lluvia. El domingo tenían previsto también disfrutar de una comida alemana, y planificaban como infaltable, para cerrar el encuentro, sacarse todos una foto en Santa Trinidad, bajo el cartel que designa a una calle de ese pueblo alemán con el nombre de quien fue el “maestro” fundador de esta gran familia.