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Como se pide..

Angelito de todos nosotros.
Por Nahir Otamendi y flia.

El día 26 de septiembre del 2012 llegó a nuestras vidas, pesando 2,300 Kg Máximo Otamendi. De un principio supimos que era especial. En su corto paso por este mundo nos llenó de amor, paz y luz; lo amamos tanto y le dimos tanto amor, y él nos llenó de felicidad. Máximo nació con Tetralogía de Fallot, por lo cual nos trasladamos al Hospital Español de Buenos Aires para operarlo, pero allí le diagnosticaron Síndrome de Edwards. Con ese diagnóstico volvimos con la esperanza de que aumentara de peso para que pueda ser operado. Máximo llegó a pesar 2,750 Kg, pero su corazoncito no pudo resistir y el 17 de noviembre se durmió.
Nuestro agradecimiento es para los médicos, Dra. Camerano, Dr. Aguirre y al Dr. Azpilicueta, que nos llamaba por teléfono todos los días para saber cómo estaba Máximo y cuando volvimos nos preparó la habitación en el Hospital Municipal, para que toda la familia y amigos pudiera entrar a verlo y a conocerlo. A las enfermeras/os de Neo y Pediatría, en especial a Carlos y Eugenia que siempre estuvo, nos entendió y nos enseñó a no tener miedo y a disfrutarlo. A las mucamas que le hablaban y lo besaban a la pasada. Al señor taxista Rulo Graff, que no nos conocía y nos ayudó y se preocupó en Buenos Aires por nosotros. A Mariela Hoffman y Cintia Silbera de la Obra Social OSPICAL que fueron indispensables, se preocuparon y se ocuparon siempre. A las chicas del Lactario. A Pamela Pereyra y al Padre Leandro que bautizó a Máximo antes de irnos a Buenos Aires. Y a toda nuestra familia que estuvo y está con nosotros; cuando digo familia incluyo amigos porque ahora somos todos familia. Eso hizo Máximo, cruzó en nuestro camino a gente maravillosa, nos hizo mejores personas y nos unió como familia.
Hoy lo recordamos con mucho amor porque nos lleno el alma de luz, agradecemos a la vida por habernos mandado una personita tan especial y agradecemos a Máximo por habernos elegido para cuidarlo y amarlo. Lo extrañamos mucho pero en nuestro interior sabemos que él está bien. Ahora tenemos un angelito que nos mira y no cuida desde el cielo y por èl vamos a salir adelante porque la Fe y el amor todo lo puede.