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El segmento está cada vez peor, especialmente entre Arroyo Corto y la cabecera suarense. Algunos pozos se han convertido en virtuales zanjas con piedras desperdigadas por la calzada. El momento es clave: en diciembre se inicia la cosecha fina. Desde el gobierno provincial se habían prometido reparaciones para octubre último.

Fragmentados; con pozos devenidos a zanjas y restos de asfalto con concreto sobre la calzada; ahuellados; sin señalizaciones y con una forestación de casi un metro sobre la banquina.
Lejos de las prometidas obras de recomposición de banquinas, del fresado superficial, el bacheo profundo y el corte de pastos, así como del marcado de alcantarillas.
Así se encuentran, hoy, los 44 kilómetros de la ruta provincial 67, entre las ciudades de Pigüé y de Coronel Suárez.
Se trata de uno de los tramos de mayor circulación de la región, ya sea por la salida de la producción (la mayoría hacia el puerto de Ingeniero White), como por razones de turismo o porque se considera un enclave estratégico por el sostenido crecimiento demográfico.
Incluso, en pocos días se inicia la cosecha fina en la región (trigo y cebada), con todo lo que ello significa en cuanto al tránsito de camiones de gran porte.
Una recorrida de un reportero gráfico y un cronista de este medio --otra entre no pocas en los últimos años-- permitió comprobar que el deterioro es cada vez más pronunciado.
Vialidad Provincial es la responsable del mantenimiento, pero las tareas eventuales está limitadas a un escaso presupuesto, tal como ha confirmado el propio administrador general de Vialidad Provincial, ingeniero Ricardo Néstor Curetti.
Detalles
Las grietas más pronunciadas se advierten, con mayor claridad, a partir de Arroyo Corto; esto es, a 12 kilómetros de Pigüé.
El detalle no es menor, si se considera que es el primer paso para un deterioro superior que concluye, inevitablemente, en un pozo menor y, luego, en una zanja que, en tiempos de lluvia, se cubre de agua y se confunde con el color del asfalto. Fácil resulta suponer qué sucedería con el paso de un automóvil por allí.
La ausencia de señalizaciones, ya sea horizontales o verticales, hace más peligrosos a los 44 kilómetros. Mas: las pocas verticales existentes quedan detrás de los pastos de especies arbóreas diversas que crecen en zonas de banquinas y de puentes.
Comprobadamente, los bacheos ya no sirven más si no se modifica la estructura de la calzada. Hasta es lógico que duren cada vez menos por la reciente secuencia de lluvias.
Se mantienen alrededor de 17 alcantarillas sin señalizar y, las que eventualmente podrían tener un cartel, están cubiertas de pasto.
También peligrosas resultan las construcciones de cemento para desagües, que están ocultas detrás de malezas.
Los ahuellamientos en sectores de lomadas son numerosos, así como se advierte la inexistencia de bandas ópticas sonoras.
La rotura de sectores céntricos de la calzada se prolonga a los laterales, casi en el sector de banquinas. Esto provoca algo más que la disminución del ancho de ruta, que debería ser de 7,30 metros, pero posee un promedio de 6m70 y, en algunos sectores, de 6m50.
En tres puntos
* Los pedidos de reparación del tramo entre Suárez y Pigüé, así como la cabecera suarense y Puan, no son pocos. El diputado nacional Juan Pedro Tunessi (UCR-BA) presentó, en mayo de 2010, un proyecto para que el gobierno nacional solicite al Ejecutivo bonaerense, por intermedio de la dirección Provincial de Vialidad, que inicie las obras tendientes a la repavimentación de la RP67. La solicitud fue reiterada, sin éxito, el 15 de abril de 2011.
* Las estadísticas indican que el tramo entre Pigüé y Coronel Suárez provocó, en los últimos tres años, diez accidentes que terminaron en tres muertos y alrededor de una veintena de heridos.
* El costo de la repavimentación total de la RP67, desde Puan hasta Coronel Suárez, pasando por Pigüé, según un estudio realizado por la gerencia técnica, a través de la subgerencia de Estudios y Proyectos, de la Dirección Provincial de Vialidad determinó --en abril de 2010-- que rondaría los 200 millones de pesos. Son 80 kilómetros, 45 de ellos desde la cabecera de Saavedra hasta Suárez. La repavimentación incluye todas las obras de arte y complementarias.
"Inminente llamado"
Desde Vialidad Provincial, en junio último se informó sobre el "inminente llamado" a licitación para obras de recomposición de banquinas, fresado superficial, bacheo profundo y corte de pasto del sector delimitado entre Pigüé y Coronel Suárez.
Al ser considerado como una prioridad, se anunció que, a más tardar, la obra debería comenzar en los últimos días de octubre. Hasta la víspera, no se habían producido novedades al respecto.
Para Bahía Blanca y la región, la Provincia había dispuesto una inversión de 3.062.000 millones de pesos para fresado y de $ 1.970.000 para bacheos.
Fuente: La Nueva Provincia.