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“Soy feliz… soy feliz… La vida es una Fiesta!!”, escribió Estefanía Heit el 4 de noviembre.
El 25 de octubre, a través de Twitter, escribió “ser o no ser ese es el dilema”.

El 25 de agosto había escrito “no seas hipócrita… no digas que hace falta unirse, que hace falta apertura de mente, que no hace falta que se organicen buenas cosas cuando en los hechos haces todo lo contrario… si hablas de mediocridad fijate en el espejo que tenes enfrente…”.
El 14 de julio del año 2010 destacó en su portal de la red social: “Espero que como en el matrimonio gay nuestros representantes comiencen a garantizar los derechos de las mujeres golpeadas, los niños que se mueren de hambre y las personas con capacidades diferentes que hace tres años esperan que se reforme un artículo de la ley… muchos desearían un minuto de atención… espero que ahora empiecen a cumplir los derechos de ellos también!!!”.
El 26 de agosto del año pasado escribió: “El amor todo lo puede… le dedico este poema a mi esposo… te amo mi amor… gracias por todo lo que haces por mí y sobre todo por amarme… Gente, disfruten del amor… y gocen este hermoso poema”.
La portada de su espacio en Facebook es una fotografía que tiene como inscripción “Dios te ama. Ustedes son la luz del mundo. Resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres para que vean sus obras excelentes y den gloria a su padre que está en los cielos”.
Para quienes compartíamos en varias ocasiones las esperas de las conferencia de prensa, la cobertura de diferentes noticias que ocurren diariamente en la ciudad, Estefanía Heit era una persona común, normal, con algunas reservas en torno a su vida privada y algunas otras cuestiones de menor importancia pero nada más.. Nada que llamara la atención, que saliera de la normalidad.
Hace un tiempo (a principio del año pasado) se había casado, hecho que anunció como al pasar un día, sin dar demasiados detalles de su esposo, ni de su vida de pareja, en lo que se entendió como una reserva propia de su personalidad.
El año pasado también mostró su faceta más solidaria, cuando a través de la formación de una ONG, y con la colaboración de mucha gente de buena voluntad de Coronel Suárez, le cumplió algunos sueños a chicos de la Escuela Especial, como por caso el de ser modelo, con la organización de un desfile de modas donde el centro fue una de las alumnas de la Escuela Especial de Coronel Suárez.
Lo que se sabe también es que estaba organizando, inicialmente para noviembre y luego para el mes de abril por razones de tiempo, una especie de feria del libro o algo así, proyecto en el que también había comprometido muchas voluntades de la ciudad.
En definitiva, una mujer común, con perfil solidario, dispuesta a colaborar con las instituciones que necesitaban la difusión de sus actividades, para las que muchas veces Estefanía Heit les ofrecía los micrófonos y las cámaras de Canal 4.
Evidentemente una doble personalidad que debe tener definición en las esferas de la psiquiatría y la psicología.