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“Mi mujer es el plomero”.
Aplausos, ovaciones y carcajadas a granel.
Estelares actuaciones individuales para una comedia brillante y muy bien interpretada.
Rómulo Cañete y José Maria Casserly “la rompieron” sobre el escenario.

Bajo la dirección general de Rómulo Cañete se presentó el sábado pasado el grupo de teatro Entre Bambalinas y donde el publico, fiel como siempre para este elenco suarense, colmó la sala del Teatro Italia a la espera de disfrutar plenamente de una nueva propuesta absolutamente cómica y disparatada y que obviamente no defraudó las expectativas de los asistentes.
El elenco, integrado por José Maria Casserly, Silvio Gatto, Eduardo Urlacher, quien además se ocupa de la utilería y escenografía, Teresa Rudy de Urlacher, Alejandra Zeki, Andrea Pérez y Vanesa Ríos, todos bajo la dirección de Rómulo Cañete dieron vida a una comedia donde las situaciones mas divertidas se ponen de manifiesto a través de un guión que mantiene atrapado a los espectadores con situaciones inesperadas, grotescas y sobre todo sostenidas en una red humorística que se extiende del comienzo al fin del espectáculo.
“Mi mujer es el plomero” es una comedia donde se plantea la misteriosa experiencia de la reencarnación como tesis que engendra el teorema de esta obra de enredos.
El protagonista llamado Roby interpretado por Rómulo Cañete) es viudo y un accidente fatal electrocuta al plomero (impagable actuación de José Maria Casserly) que esta arreglando su baño y en su cuerpo vuelve el espíritu de su mujer llamada Daniela que falleció hace un año.
Ahí es donde empieza a complicarse la cosa: con un año de viudez y sin ninguna historia íntima, el protagonista es acorralado por el deseo de dos mujeres y una reencarnada.
Las dos mujeres que coquetean (Alejandra Zeki y Andrea Pérez) más la llegada de la madre (Maria Teresa Rudy), el portero gallego (Silvio Gatto) y, para colmo, la mujer del plomero embarazada interpretada por la Colombiana Vanesa Ríos conforman un esquema actoral brillante.
Situaciones extremadamente alegres y disparatadas conjugan una comedia donde cada uno de los actores se luce en interpretaciones individuales con escenas de ir y venir constantes, lo que demuestra agilidad y entretenimiento durante todo el espectáculo en el cual la dupla Rómulo Cañete y José Maria Casserly son artífices de un desenvolvimiento que hacen estallar reiteradamente la sala en carcajadas y aplausos.
La interpretación del plomero, desenfadada y hasta grotesca, con una indumentaria “infernal” donde el actor maneja pasajes de la obra, con una imperturbable seriedad, llevando adelante los tramos mas desopilantes, mientras Roby, va y viene, tratando de sostener todo el desbarajuste que se produce, mientras las dos mujeres que intentan captar al viudo mas codiciado juegan también escenas notables, disparatadas y a la altura de la línea argumental.
“Esto no me puede estar pasando a mi” expresa una y mil veces Roby, mientras el plomero reencarnado en su mujer muerta, insiste con “Dame un beso” y a partir de allí la trama se va de la normalidad para transformarse en una comedia brillante con un final inesperado
Final con aplausos, saludos reiterados, el premio mayor que el elenco puede esperar después de varios meses de ensayos, preparativos y finalmente el debut que fue todo un suceso que seguramente obligará al grupo Entre Bambalinas a repetir próximamente la función a beneficio de alguna entidad de bien publico como sucede generalmente.
Rómulo Cañete además de Director se luce como actor y giran en torno del argumento los principales actores y actrices que vuelven a demostrar su vocación por el arte escénico.
El portero gallego a cargo de Silvio Gatto, se transforma en un personaje ridículo que también juega un papel significativo con toques muy personales, que surgen del propio intérprete que hace una creación que le agrega remates y gestos, propios del humorista.
La madre a cargo de Maria Teresa Rudy, cumple acabadamente con su rol y de manera inoportuna aparece siempre a ocupar el baño con sus urgencias, mientras otro de los personajes que aparece esporádicamente en escena es Jaime, un amigo del protagonista compuesto por Eduardo Urlacher.
Una viuda virgen y una joven alocada, son quienes están a la conquista de Roby, actuadas por Alejandra Zeki, vecina del piso superior y Andrea Pérez quien con toda soltura y provocación se mueve en escena, le ponen el toque picaresco a la comedia que nuevamente fue aprobada por la sala colmada en su totalidad, donde una vez “Entre Bambalinas” la rompió.
Ahora y frente a este éxito, se espera pronto una segunda presentación.