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“Debemos luchar por el bien común, por los más olvidados, los marginados, los que sufren injusticias".

Luego de los saludos y las fotos de rigor en el marco de la visita de la persona más importante del Clero de toda la zona, el Arzobispo Garlatti se dispuso a hablar con los medios de prensa de la ciudad, donde se tomó todo el tiempo necesario para responder a las preguntas que se le hicieron.
Explicó que la del martes era “una reunión habitual de las que celebramos una vez en cada parroquia. Intercambiamos ideas acerca de las orientaciones pastorales que tenemos que ir imprimiendo en la Iglesia, sobre todo en este Año de la Fe”.
Consultado sobre la disputa entre el Gobierno y la Iglesia Católica, dijo que “los cristianos debemos compartir la concepción que tiene la Iglesia de la familia, el matrimonio entre el varón y la mujer. Se trata de una institución fundada en el derecho natural. Resulta extraño que se llame matrimonio igualitario aquello que por definición no es matrimonio. Se lo podrá llamar unión o de cualquier otra forma pero matrimonio implica la unión entre el hombre y la mujer”.
Sobre el aborto no punible dijo que “yo creo que la mayoría del pueblo cristiano no está de acuerdo, más allá que debemos respetar otras ideas, otras opciones. La Iglesia es una de las defensoras más importantes de los derechos humanos y el principal es el derecho a la vida, y el de la mujer a elegir está subordinado al derecho a la vida. Es interesante ver los debates por televisión que surgen cuando hay chicas abusadas, a las que hay que acompañar, cuidar, se tiene en cuenta solamente el sentir de la madre y no que ahí hay un niño inocente, indefenso, que tiene derecho a vivir. Por haber sido abusada la madre ¿hay que matar al niño?”.
Consultado en torno a si hay una crisis en las vocaciones religiosas, y a raíz del comunicado que se leyó hace dos domingos atrás donde se dio cuenta que el Padre Maxi se tomaba un tiempo para revisar su condición sacerdotal, contestó que “la Iglesia somos todos los bautizados, los pastores tenemos la obligación de ir acompañando, iluminando nuestras comunidades para que todos nos vayamos consolidando en la fe que profesamos; sintiéndonos orgullosos y honrados. Pero también es cierto que hoy en día hay una crisis de fe que afecta no solo a los cristianos sino también a los pastores. Lo que debemos hacer es tratar de iluminar y afrontar con madurez, criterio y realismo la situación y ver cuáles son las razones. Pueden ser de tipo teológico, espirituales, incluso también las raíces psicológicas aun de situaciones conflictivas que se pudieron haber vivido en la infancia, en la juventud o en la familia. Como sucede en el matrimonio o en las personas en general, en cualquier ámbito de la vida, esto también afecta a los Sacerdotes”, para agregar que “cuando se vive con fe, el celibato, que es una ley eclesiástica, no es un problema”.
Bregó porque “todos luchemos por el bien común, los más marginados, los más abandonados, dejando atrás la inseguridad y las injusticias que persisten en nuestro país”.