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Su tumba ya está debidamente identificada en el Cementerio Municipal.
Participaron de la ceremonia su sobrina nieta, otros familiares, las autoridades municipales y una periodista alemana que impulsó su propia investigación.

El acto se cumplió en la mañana del viernes en el Cementerio Municipal, donde desde el año 1974 descansan los restos de Lothar Hermann, este judío de nacionalidad alemana que sufrió en carne propia, y en su historia familiar, el racismo que desplegaron los nazis.
Estuvo en un campo de concentración donde quedó ciego debido a las torturas sufridas. Pudo salir de Alemania y vía Montevideo llegó a Buenos Aires.
Sus padres y casi todos sus hermanos fueron asesinados en el marco del perverso proyecto de Solución Final que llevó a cabo la política de Hitler, con sus jerarcas más encumbrados, entre ellos Adolf Eichmann.
Viviendo en el Barrio de Olivos, en Buenos Aires, su hija Silvia trabó amistad con Klaus Eichmann, hijo de Adolf. Conociendo entonces el paradero del nazi empezó en el año 1955 a enviar notas al Gobierno de Israel pidiendo justicia.
Entonces tuvo miedo por su propia vida y la de su familia y se vino a vivir a Coronel Suárez, en una comunidad que tenía cerca las Colonias Alemanas y por quienes podía hacer trámites de jubilaciones y pensiones, a lo que siempre se había dedicado.
Desde Coronel Suárez siguió enviando notas al Gobierno de Israel, reclamando así lo que había sido establecido en el año 1959 como una recompensa para quien otorgara datos certeros. Pero evidentemente esto era un camuflaje frente a los reclamos de los familiares de las víctimas que pedían juicio para los asesinos pero que disfrazaba el poco interés en llevar a cabo una restitución de justicia, frente a otros problemas más acuciantes, como conformar la seguridad de un país naciente.
Así puede explicarse la nota de la Primera Ministra de Israel que en el año 1961 le enviaba a Hermann guardar silencio, como buen judío.
Incluso a su casa en Coronel Suárez llegaron dos comandos israelíes, acompañados por otros miembros de la Policía secreta, en una evidente acción de disuasión para que no develara que desde el año 1955 estaba denunciando el paradero de Eichmann, para entonces secuestrado desde el año 1960, juzgado y ejecutado un año después. Incluso en uno de esos operativos fue acusado de ser Josef Menguele y se sabe ahora que durante muchos años estuvo vigilado secretamente por la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Hubo documentación oficial de nuestro país que fue desclasificada por disposición de un Juez Federal, también archivos secretos en Alemania e Israel que han sido celosamente guardados durante muchos años, que fueron finalmente desclasificados y puestos a disposición de la investigación.
Finalmente hubo justicia con la reconstrucción de la verdad por parte de una sobrina nieta de Lothar Hermann, Liliana, quien con el apoyo de su esposo, Ariel Mereles, y de una periodista alemana, Gabrielle Webber, pudieron poner luz a lo que era una versión distorsionada de los hechos.
Hubo justicia para un hombre valiente que murió en Coronel Suárez en el año 1974 (había nacido en el año 1901 en Alemania), víctima de un cáncer luego de haber logrado cobrar la recompensa prometida.
Lo que era un montículo de tierra, apenas marcado entre parcelas en el Cementerio Municipal de Coronel Suárez, tiene ahora una tumba digna, debidamente identificada, con una placa que tiene bien claro su nombre
De la ceremonia participaron en el día de ayer la sobrina nieta Liliana Hermann, su esposo, una periodista alemana, integrantes de la Asociación Israelita de Coronel Suárez, el Intendente Ricardo Moccero y varios de sus colaboradores y Amalia Hans, quien fuera esposa de Hermann.
En el acto de homenaje en el Cementerio el Jefe de Ceremonial, Marcelo Castorina, leyó la declaración de Interés Municipal establecida por la Comuna suarense, como así también un mail recibido en la mañana del viernes enviado por el Embajador de la República Federal de Alemania.
Por su parte, la Sociedad Israelita, representada por su Presidenta, Amanda de Kleiner, entregó también una placa recordatoria y compartió todas las actividades que se cumplieron durante la jornada del viernes.
Previamente, los parientes y allegados de Lothar Hermann habían estado en el Palacio Municipal, en el despacho mayor, hablando de la investigación que llevaron adelante para la restitución de justicia y verdad a la memoria de Lothar Hermann.