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Su sobrina nieta, Liliana, buscó la verdad y consiguió el reconocimiento de la labor de su tío para la captura de Adolf Eichmann.
Entrevista exclusiva antes del acto del próximo viernes.
Una historia conmovedora y valiente.

Karl Adolf Eichmann (Solingen, 19 de marzo de 1906 – Ramla, 31 de mayo de 1962) fue un Teniente Coronel (en alemán, Obersturmbannführer) de las SS nazi. Fue el responsable directo de la solución final, principalmente en Polonia, y de los transportes de deportados a los Campos de Concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y el encargado de la organización de la logística de transportes del Holocausto.
Hombre tenaz en el cumplimiento del deber, era una persona muy dada a cumplir las estadísticas que se le exigían y los judíos eran para él "estadísticas", aunque según sus declaraciones en el juicio que se le realizó por sus crímenes de guerra en 1960 en Israel no era un antisemita fanático, de hecho, como muchos otros alemanes, se encontraba emparentado de alguna manera con judíos.
Adolf Eichmann ingresó al país en el año 1950, gracias a una de las redes de salvoconducto tendidas por los nazis y sus protectores, con un pasaporte extendido por el Comité Internacional de la Cruz Roja a nombre de Ricardo Klement.
La verdadera identidad del vecino del barrio de Olivos comenzó a descubrirse cuando Lothar Hermann, en el invierno de 1955, escuchó a su hija de 14 años, quien había trabado amistad con Klaus, hijo de Eichmann, comentarle que había estado en la casa de su amigo y su padre se había presentado entonces como Adolf Eichmann.
Fue allí cuando Hermann comenzó a denunciar la presencia del criminal ante las autoridades de Israel. Pero se tardaron 5 años en hacer caso a sus continuos reclamos por que sea capturado y puesto ante la justicia.
El propio Lothar y su familia habían sido víctimas de la solución final orquestada por el nazismo: en 1935 fue detenido y enviado al campo de concentración de Dachau, donde estaba Eichmann. Después de 8 meses de prisión cedió sus propiedades y al ser liberado viajó a Montevideo para después vivir en Rosario, luego en Olivos. Durante ese lapso siete de sus nueve hermanos y sus padres fueron asesinados en los campos de concentración.
Eichmann fue secuestrado en el país el 11 de mayo de 1960, nueve días después lo sacaron del país en un vuelo directo a Israel. Fue juzgado, encontrado culpable y ejecutado en 1962.
Para la historia, y con el esfuerzo del propio Gobierno de Israel, el reconocimiento a Lothar Hermann nunca llegó. Es más, sufrió torturas, encarcelamiento y hasta la acusación de ser Josef Mengele, el doctor de la muerte para el nazismo.
Toda la contribución, la valentía, el coraje de este hombre, Lothar Hermann, quien temiendo por su vida y la de su familia se vino a vivir a Coronel Suárez, pero hasta aquí fue perseguido por un error burocrático.
Un sobrino nieto suyo –hermano de Liliana Hermann, que hizo todo el esfuerzo por reconstruir la verdadera historia de su tío- fue a la Embajada Alemana para tramitar pasaporte y ciudadanía y por error le dan el expediente de su tío. Tener esos papeles en sus manos despertó la curiosidad familiar, especialmente de Liliana, que desde entonces (el año 2000) no cesó de investigar.
Así fue como se le descalificaron documentos secretos. Pudo acceder a las cartas que Lothar había enviado al Gobierno de Israel. Pudo enterarse que en algún momento la misma Secretaria de Estado de Israel le había aconsejado “que mejor se calle la boca”. También pudo reconstruir que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires de entonces había enviado a su policía a encarcelar y torturar a Lothar (cuando vivía en Coronel Suárez) bajo la acusación de ser Josef Mengele. También se enteró –porque así estaba en la documentación secreta- que en algún momento (hacia el año 1971) Lothar había sido obligado a renunciar por escrito a que había tenido participación alguna en el descubrimiento del paradero de Eichmann, lo que condujo a su detención y solo entonces se le empezó a pagar en cómodas cuotas lo que el Gobierno de Israel había prometido por datos que condujeran a la captura del nazi.
Tanta documentación reunió Liliana que incluso cuenta ahora con el boletín del año 1916 del colegio al que había concurrido de pequeño y también de fotografías y testimonios de uno de los lugares donde había trabajado Lothar en su juventud.
Ahora, el Gobierno de Israel pidió a la DAIA que hiciera el reconocimiento público a Lothar, cosa que se cumplió el 13 de agosto pasado en un acto solemne cumplido en la sede de Capital de este organismo.
La predisposición del Gobierno que lo ignoró en su momento y contribuyó a que se conociera una historia distorsionada sobre Lothar ha permitido la reconstrucción de la historia verdadera.
Y para cerrar el círculo el próximo viernes se hará en el Cementerio Municipal una solemne ceremonia dejando inaugurada una tumba destacada en el lugar en el que descansan los restos de este hombre valiente.
Y para quienes quieran conocer la historia verdadera en todos sus detalles podrán escuchar, en una conferencia pública el próximo viernes a las 19:30 horas en la Biblioteca Sarmiento, a Liliana Hermann, su esposo y una periodista alemana que contribuyó a la reconstrucción histórica.