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Estarán unos días compartiendo experiencias con alumnos y docentes de esa comunidad de frontera.
Una tarea que demandó varios meses de organización.

Dieciocho alumnos de 6to año de la Secundaria Nº 4, que pertenece a la Unidad Académica, están muy cerca de emprender un viaje que han proyectado con todos sus compañeros a lo largo de todo el año.
La propuesta surgió de la Preceptora y Profesora Analía Fernández, quien el año pasado ya viajó con un grupo similar a la escuela de frontera que está ubicada a 60 kms. de Junín de los Andes, en plena cordillera andina.
Se trata del establecimiento Nº 287 Comunidad Linares, Paraje Nahuel Mapi Abajo, que tiene actualmente 20 alumnos, está inmersa en el medio de un paraje que en invierno se cubre de nieve, por lo que las clases comienzan desde agosto aproximadamente hasta febrero, marzo, cuando termina el ciclo lectivo.
El año pasado visitó el lugar un reducido grupo de personas llevando el resultado del trabajo solidario de numerosos alumnos que habían juntado muchos elementos, entre ellos bicicletas, con destino a los niños.
Esta propuesta creó un contacto y un vínculo que el Director y las familias del paraje en el que está inserta la escuela piden sostener.
Es por eso que este año los alumnos han trabajado desde hace meses recolectando libros (se estima que hay alrededor de 2.000 textos que formarán parte de un principio de biblioteca para la escuela), también juguetes, se han elaborado juegos didácticos para los más pequeños de esta escuela primaria, la Escuela Técnica aporta una mesita con sillas para rincones de lectura y otras voluntades se han sumado en un proyecto solidario con la mirada puesta en la educación, no en el asistencialismo.
La particularidad es que los alumnos y los adultos que los acompañan estarán durante una semana viviendo en la escuela que hasta hace unos años era una escuela albergue, compartiendo con las familias su cultura y sus costumbres, lo que sin duda será una vivencia muy particular.
Sobre este viaje habló la Profesora Analía Fernández y la alumna Sheila Artále, mientras otros dos jóvenes continuaban con la tarea de inventariar los libros que serán llevados a la institución educativa.