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Cura Malal: “Un Pueblo en el horizonte”.
107 años de una historia propia.

Solamente quienes conocen la existencia de este pueblo en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires son quienes toman el desvío que ofrece la ruta 67 que aparece en su trayecto como un alivio frente a los baches de esta ruta provincial.
Quienes se internan en la pradera, cortada por una delgada línea de cinta asfáltica, se van a encontrar con un bello lugar habitado ahora por un poco más de 100 personas, con viviendas muy antiguas, históricas, que preservan las construcciones altas, de buen ladrillo, ventanas firmes y puertas amigables de hace unos cuantos años atrás.
Patios grandes, terrenos amplios, por lo que hay grandes espacios entre una casa y otra. Algunos lugares típicos, como la estación del ferrocarril, que tiene el deterioro de los años; la escuela, que cuenta con una espléndida arquitectura, con un portal de ingreso muy importante; el Club, que ayer estaba cerrado pero que es lugar de reuniones de vecinos, cuando hay actividad política de algún tipo o cuando se produce una oportunidad de encuentro social; también está la vivienda que se usa para el Puesto Policial y muy cerquita la Unidad Sanitaria, una de las más antiguas del interior del Distrito.
Y a lo lejos, en la distancia, si el cielo está despejado, como sucedía ayer, se pueden ver, bien azules, recortadas contra el horizonte, el largo perfil de las sierras de la Ventana, tan claras como si sus lomos se pudieran recorrer con la punta de los dedos.
Es una comunidad particular Cura Malal: se puede escuchar el canto de los pájaros en cualquier hora del día y el leve silbar del viento cuando pasa por entre las ramas de los árboles o las cintas verdes de los sembrados que van despuntando en el campo, en una primavera naciente.
Un lugar para conocer, recorrer y volver cada vez que se pueda, porque conserva toda la paz de un pueblo tranquilo en el medio de la pampa.