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En el Día de la Auxiliar de la Educación.
“Me gustaba compartir las horas de trabajo entre los chicos”.

Nora tiene hoy 79 años, vive prácticamente frente a la escuela en la que trabajó buena parte de su vida, en la Primaria Nº 7. Tuvo la oportunidad de compartir tarea con docentes que dejaron su huella o directoras que le marcaron carácter a la escuela, como es el caso de “Chela” Macías.
Recuerda que un grito fuerte de Chela en el patio del establecimiento ponía límite a algún desorden y hacía que los alumnos automáticamente guardaran silencio y en el patio “no volaba ni una mosca siquiera”.
Recuerda a algunos alumnos que se escapaban y a los que muchas veces había que correrlos hasta alcanzarlos; otros que pedían tocar la campana y se colgaban de la misma, balanceándose, en un juego que preocupaba a las porteras porque temían que se cayera toda la estructura. También se acuerda de los mayorcitos que noviaban en las horas del recreo, buscando ocultarse de los ojos de las maestras.
Hoy si tiene que decir qué extraña de la Escuela Nº 7 no duda en repetir “los chicos”, porque “me gustaba compartir las horas de trabajo entre ellos, escuchar sus voces, sus risas, las historias que tenían para contar, eso era impagable y es lo que sigo todavía extrañando cada día”.