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Declinó su cargo la profesional Silvana Rondina.
Ambas pertenecen al grupo de fundadores de la institución.
Se deterioran las relaciones entre el personal y la Comisión Directiva.
Sueldos atrasados y se cortó la cadena de pagos por parte de IOMA.
La Profesora Nucilli confirmó la dimisión y dijo que no se siente parte de este proyecto.

Se agrava la situación en torno de la administración del Centro de Día y el Hogar de Día que se ha incorporado recientemente al nuevo edificio que con todo confort y capacidad gestionó en su momento el Intendente Municipal Ricardo Moccero.
En los últimos tiempos se dificultó notablemente la relación entre el personal y la Comisión Directiva que preside Elvira Wagner por ciertos desentendimientos que inclusive provocaron que la Directora, que ahora se ha alejado por su propia voluntad de sus funciones, haya sido suspendida por determinado tiempo en su labor.
La Profesora Marcela Nucilli tiene una reconocida trayectoria en la vida de la institución, ya que permaneció en ella prácticamente desde su fundación, habiendo ingresado como integrante de la Comisión Directiva hasta que después le fue ofrecido el cargo de Directora, tras el alejamiento de Cristina Mengui de Schmidt.
Al confirmar la renuncia expresó brevemente, ante la consulta del Servicio Informativo de La Nueva Radio Suárez, que no se siente parte del actual proyecto y resaltó las dificultades de administración que hoy vive la institución, con notables retrasos por parte de IOMA, los sueldos se encuentran atrasados, recién se termina de pagar el mes de junio y se adeudan haberes de julio cuando ya esta avanzando el octavo mes del año.
Hoy el Centro de Día tiene 17 internos más 6 que viven permanentemente en el Hogar de Día, lo que evidentemente se ha constituido en una carga muy pesada de sobrellevar, con el agravante de estas dos renuncias y el deterioro notable de las relaciones entre un grupo de personal y la Comisión Directiva.
Silvana Rondina es Fonoaudióloga y cuenta con amplia experiencia en la atención de la discapacidad, habiendo sido parte del grupo de profesionales que tuvieron la iniciativa de formar una institución de estas características con problemáticas severas, tanto mentales como motrices.
A ello se suma que meses atrás otra profesional, también valiosa para las atenciones especificas de la entidad, como ha sido Federica Crossato, dejó el Centro de Día, con lo cual el plantel se ve seriamente resentido en cuanto al aporte profesional que se requiere.
En el resto del personal que sigue en funciones hoy reina la incertidumbre y la inseguridad laboral, por lo cual el Centro de Día vive uno de los peores momentos de su existencia como institución que trabaja por la discapacidad.
No hay plata que aguante; la estructura se ha transformado en extremadamente onerosa.