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“75 años de amor a Dios y servicio a la Iglesia”. 15 de agosto de 1937 - 15 de agosto de 2012.
“¡Oh Dios!, crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme”, Salmo 50.

Ya culmina nuestro gran Año Jubilar, año de júbilo, de inmensa alegría y gozo en el Espíritu Santo, por todas las gracias y bendiciones derramadas en el transcurso de estos 75 años ininterrumpidos de entrega y amor a Dios. En el camino, tantas alegrías, tantas lágrimas de dolor también, tantas decisiones y realizaciones a favor de la Evangelización, tantas dificultades y equivocaciones, y en todos estos momentos la certeza de la presencia constante e infinita misericordia de Dios…En este Año Jubilar hemos dado gracias a Dios por todo, hasta por nuestras equivocaciones que nos enseñaron a comenzar de nuevo con humildad, fortalecidas por la gracia de Dios y la protección permanente de nuestra tierna Madre la Santísima Virgen María en su advocación de “Nuestra Señora de la Asunción”. Elevamos, en cada Eucaristía, en cada Adoración al Santísimo Sacramento nuestro corazón a Jesús Sacramentado implorando su bendición para todos los hermanos que nos han acompañado y apoyado en esta gran Obra de amor de servicio a los más pobres y frágiles de este mundo, no sólo materialmente sino también en la fe, y llevarlos al encuentro del Pan Vivo bajado del Cielo (Evangelio de San Juan 56,35). Gracias a Dios por amarnos, por perdonarnos y por renovarnos en la fe, la esperanza y el amor, y gracias a todos los hermanos en la fe que oran por nosotras y permanecen a nuestro lado haciéndonos sentir como parte de nuestra Familia. Renovadas y fortalecidas en nuestra vocación de Hermanas Obreras Catequistas de Jesús Sacramentado volvemos a reemprender el camino cada día con la mirada puesta en la Meta final, seguiremos amando y sirviendo al Señor en “pobres y pequeños”, hasta que Él vuelva. ¡Ven Señor Jesús! Amén.
Hermana Marisol Romero. Superiora General.
TODO POR DIOS Y PARA DIOS.