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Varias quejas se multiplicaron en el día de ayer a medida que se iban sucediendo los diferentes actos por un nuevo aniversario de la creación del Distrito y de la ciudad.

El primer cambio de horario se produjo cuando el Jefe Comunal resolvió que el mensaje no lo iba a hacer luego del izamiento del Pabellón en el Mástil sino después de la misa.
Se supone que este cambio de horario en el mensaje se debía a la necesidad de contar con mayor seguridad en torno a los funcionarios provinciales que iban a estar llegando después de las 16 horas de ayer y a la urgencia de contar con la confirmación de si iba a llegar o no el Gobernador Daniel Scioli, presidiendo esa comitiva. Pero el mensaje, después de la misa, transcurrió sin confirmación alguna.
Luego se sumaron algunos otros traspiés horarios: en el hall de la Municipalidad, a eso de las 10 de la mañana, iban llegando delegaciones escolares con sus abanderados y escoltas, muchos de los directores de escuelas estaban bastante enojados porque hubo un cambio en el horario de la misa, que se adelantó para las 9:30 horas y nadie les informó: “hubiera bastado que llamaran el viernes a Jefatura de Inspección para que nos comunicaran en forma inmediata”, dijeron. Eso explica porqué en el oficio religioso había muy poquitas banderas de escuelas de la ciudad.
Otra sorpresa horaria fue cuando se descubrió la placa del centenario de la utilización del Palacio Municipal, antes del acto protocolar, cuando estaba informado que se iba a producir luego del acto, antes de la entrega de las escrituras.
Fue una ceremonia sin la presencia de los medios de prensa, que no pudieron captar el momento. Por eso, en rigor de verdad, vale decir que la foto en la que se observa al Intendente al lado de la placa fue tomada luego para salvar la situación.
Y mientras en un momento el Director de Deportes decía que convocaba a las instituciones a concentrarse en el playón 15 minutos antes de lo previsto, al ratito estaba comunicando directamente al medio que mantenía el horario inicialmente establecido.
Fue una jornada de un ir y venir continuo en los horarios, que provocó una serie de inconvenientes, echarse las culpas entre empleados municipales y funcionarios y una multiplicada de órdenes y contraordenes.