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Una empleada de comercio de toda la vida, siempre con el mismo espíritu y responsabilidad.
De Casa Ottino a Centro Hogar, siempre firme.

El 14 de agosto se cumplirán 43 años que Marta Odriozola está en el mismo lugar de trabajo, que aunque cambió de propietarios y de nombre sigue siendo esencialmente el mismo comercio.
Trabaja incluso en el mismo espacio físico, el mismo rincón a lo largo de todos estos años; y aunque se manifiesta cansada, ya dispuesta a jubilarse (lo proyecta para el mes de octubre), sus compañeros de tarea han escrito con lápiz, en la punta de un escritorio, el día en que anunció que se jubilaba, porque no creen que pueda resistir dejar de trabajar de un día para otro.
En estos casi 43 años de trabajo debe haber llegado tarde no más de tres veces y faltado solamente para sus períodos de vacaciones.
Cuenta que ha aprendido mucho con el trato con los clientes en el local comercial ubicado en la calle Mitre, esquina Villegas, que perteneciera originalmente a la firma Ottino y que ahora es su propietario la empresa Graff Schwerdt.
Se la ve joven, actualizada, dinámica, alegre y dispuesta a cumplir cada día con su labor.
Hay una sola cosa que le hace perder la compostura algunas veces y que otras la colma de una alegría exultante: son los partidos de Deportivo Sarmiento, donde sumó una alegría más, cuando su sobrino fue designado director técnico del plantel de fútbol.
Y mientras Marta suma si le conviene (la jubilación será menor al sueldo) o no jubilarse, sigue llegando cada día no más allá de las 8:15 horas de cada mañana para cumplir con su labor diaria, contando con el raro privilegio para estos tiempos de haber desarrollado todo su trabajo en un solo lugar y por 43 años.