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La Nueva Radio Suárez habló con Carla Carpini, quien es maestra estimuladora del Centro de Estimulación Temprana del Desarrollo Infantil, donde cada semana concurren a las sesiones alrededor de 87 niños.

“Atendemos bebés recién nacidos hasta los tres años de edad, contamos con cinco maestras estimuladoras, una Directora y un equipo de profesionales como fonoaudióloga, asistente educacional y asistente social”.
Recordó la profesional consultada que “es importante la estimulación para el desarrollo pleno de los bebés y los niños. A través del juego lo que hacemos es reforzar lo que los nenes necesitan. Tenemos alumnos que tienen alguna patología instalada, pero muchos otros que vienen por tener riesgo socio ambiental, porque tienen familias que por allí no saben como estimularlos o qué brindarles de acuerdo a la edad”.
Explica que “lo que recalcamos es que la primera estimuladora es la mamá, así que lo que hacemos es enseñarles para que aprendan a ser mamás y a jugar con este hijo. Les sacamos el miedo o la vergüenza de hacer determinada cosa con el bebé (hablarle en forma permanente, por ejemplo), porque al bebé le sirve todo lo que la madre pueda hacer con él. Muchas mamás piensan que el bebé no escucha, no responde, está durmiendo, no entiende, cuando es fundamental que le vaya hablando todo el tiempo, porque el lenguaje se desarrolla a partir del escuchar. Todo lo que la mamá haga le sirve”.
En cuanto a la utilización de dos elementos que están muy difundidos para los niños, como son el corralito y el andador, la profesional explica que el corralito no usado de manera indiscriminada durante todo el día en forma continua puede ser útil toda vez que representa un espacio donde el bebé está contenido y se puede entretener.
“Lo que no nos gusta nada es el andador, porque le genera una postura anticipada debido a que lo ponen a los tres o cuatro meses cuando ni siquiera pueden mantenerse sentados, entonces se lo está apurando en una postura que todavía no ha logrado desde el desarrollo. Y además lo terriblemente preocupante de los andadores son los accidentes, porque el bebé va con la fuerza de su cuerpito empujando el andador y se golpean con las puntas de las mesas, en las escaleras y no les permite desarrollar la postura de paracaidista (sostenerse con las manos), que le servirá mucho cuando luego empiece a caminar por sus propios medios”.