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Dos mujeres que conocen y quieren mucho a los operarios del lugar.

Perla Monfil hace 15 años que está en el Taller; Blanca Vigas hace unos cuantos más, porque suma en total 22 años de trabajo.
Luego de una charla, y en la actitud diaria que llevan adelante, queda claro que estas dos mujeres que son instructoras en el Taller Protegido de Coronel Suárez disfrutan mucho lo que hacen.
Dicen que lo que “hemos aprendido, sobre todas las cosas, es a tener paciencia. Todos los días es un desafío porque implica transmitirles a nuestros operarios lo que uno le quiere enseñar, pero uno no sabe la respuesta que va a tener, porque cuesta mucho, lleva mucho tiempo el aprendizaje, hasta lograr una tarea medianamente buena. Pero después de un tiempo sobrevienen los logros. Ideas tenemos muchas, cosas que se nos ocurren para hacer, lo que pasa que llevarlas a la práctica es mucho más complicado”.
En los últimos meses Blanca está dedicada sobre todo a la producción de huerta y jardín con el invernadero que llevan adelante con los operarios y que ella misma propuso; en tanto Perla se ocupa de controlar la producción de bolsas de residuos, trapos de piso, rejilla y otros artículos.
“Nos han enseñado a tener paciencia, a ser tolerantes, a saber esperar los resultados; a entender que a su manera cada uno somos especiales. Tratamos de manejarnos con la mayoría de los operarios, dejando de lado la discapacidad que tienen, tratándolos como adultos que son. A veces sale bien, a veces mal y a veces mejor. Como a todas las personas es importante festejarles cuando tienen logros y también insistirles para lograr un buen resultado de producción. Luego de tantos años juntos los conocemos y nos conocen, sabemos el ánimo que tiene cada uno en el día y nos escuchamos, dando la contención que es tan importante para todos”.