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Mientras pasa unos días de licencia en Coronel Suárez, el escolta de Libertad de Sunchales analiza la pasada temporada. También habló de su participación en la Selección.
Por Eduardo Luongo para Socio No Paga.

Terminada su participación con Libertad de Sunchales en la Liga Nacional de Básquetbol y en el Seleccionado Nacional que jugó en Angola y Venezuela, en estos días descansa en familia.
En la buena campaña del elenco sunchalense, que terminó tercero luego de caer en las semifinales frente a Peñarol de Mar Plata, redondeó un buen promedio de minutos.
Luego viajó con la Selección Argentina que disputó y ganó dos partidos en Angola. Aquí tuvo el privilegio de compartir el plantel con el ex Atenas Walter Herrmann, el escolta que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Justo él que pone su nombre entre la camada señalada a suceder a la Generación Dorada.
Para terminar se dio el gusto de integrar, como invitado, el equipo nacional que conquistó la Copa Israel Sarmiento del Súper 4 de Caracas, donde sumó una buena cantidad de minutos. Sobradas razones tiene Juan Emilio Fernández Chavez para disfrutar estos días de descanso en casa de sus padres.
“Estoy conforme con lo que hice. Jugué en todos los partidos de la temporada, con muy buen promedio de minutos, en un equipo importante, con muy buenos jugadores como Libertad. No puedo quejarme. Me hubiera gustado tener más participación, pero el equipo me hizo sentir muy cómodo. Tuve la oportunidad de desarrollar un poco más mi juego”, reflexionó el escolta de 22 años y 1,97 metros, que renovó su contrato con Los Tigres por dos años. Por primera vez ocupará una ficha como mayor.
El entonces entrenador Fabio Demti (la próxima Liga dirigirá a Quimsa) respaldó al ex Centro Blanco y Negro en el comienzo de la competencia liguera. Le dio la titularidad en el quinteto inicial, aunque con el correr de los partidos ese lugar se lo ganó Saglietti.
“Marcos jugó muy bien a mitad de la temporada. Es lindo empezar como titular, pero tampoco le doy tanta importancia. Siempre voy a estar dispuesto a dar lo mejor para el equipo en el lugar que sea. Lo principal es hacer las cosas bien cuando me toca entrar”, afirmó Fernández Chavez, que de todos modos recuperó protagonismo en la segunda mitad de la Liga luego de la lesión de Saglietti.
Libertad, un equipo que sufrió muchas bajas por lesiones a lo largo de la temporada, cayó en las semifinales frente al fuerte Peñarol de Mar del Plata, un rival que ya había vencido a los sunchalenses en la final del Súper 8 y que se convirtió en el primer tricampeón de la LNB.
“Es un equipo complicado. Hace tres o cuatro temporadas que mantiene casi el mismo plantel y nosotros llegamos con bajas muy importantes. Jugamos muy mal el segundo y el tercer partido. Eso nos desmoralizó. En el cuarto partido dimos mucha pelea, pero se nos escapó en el final. Cuando se les abre el aro todo se les hace mucho más fácil porque tienen muy buenos tiradores de tres puntos. Es muy complicado ganarles cuando tienen una buena noche”, explicó.
Para la Liga 2012/2013 el aurinegro se aseguró también a Jonatan Treise, Marcos Saglietti, William Graves y Alejandro Alloatti, junto con las incorporaciones de Gabriel Mikulas y Diego García. El técnico será Javier Bianchelli, que fue asistente de Demti y antes de Flor Meléndez.
“Pienso que será un año muy bueno. Aparte la Liga se pone cada vez más fuerte. Obras y Peñarol antes de terminar el campeonato ya tenían los equipos casi confirmados. Tampoco hay que olvidar a Gimnasia de Comodoro Rivadavia, Lanús o Regatas Corrientes. Si el grupo está formado por buena gente y tiramos todos para el mismo lado se pueden obtener resultados positivos”, dijo.
También opinó sobre el nuevo entrenador: “se hace cargo del equipo en un buen momento de su carrera. Le falta experiencia, pero es algo que se adquiere con los años. Algún día tenía que empezar. Espero que le vaya bien porque se lo merece”, sostuvo.
Si bien está en período de descanso, el suarense ya empieza a fijarse objetivos para la próxima temporada. “Quiero seguir mejorando, me gustaría tener más participación, tomar alguna decisión más en ataque, además de perfeccionar mi tiro o intentar más penetraciones. Siempre se puede mejorar en el día a día”, confió.
La Selección.
En plena semifinal con Peñarol, el suarense recibió la convocatoria a la Selección Nacional de mayores que iba a realizar una gira por Angola, como parte de un intercambio comercial entre el país africano y la Argentina. “La verdad es que no esperaba el llamado. Vestir la camiseta argentina es un honor, algo que cualquiera desea. Esto quiere decir que estoy haciendo bien las cosas”, razonó Fernández Chavez.
En este viaje tuvo el privilegio de compartir el plantel con Walter Herrmann, el alero santafesino que regresó a la Selección luego de varios años de ausencia. Una experiencia única para el ascendente basquetbolista suarense. “Jamás lo había visto en persona. Se mostró muy abierto y generoso, nos ayudaba en los entrenamientos. Compartimos la habitación. Me contó experiencias de vida que tienen que ver con su carrera como basquetbolista. La verdad es que me resultó una persona muy piola. Tal vez no esperaba que fuera así”, recordó.
También dejó su visión sobre Angola: “Me pareció un país muy pobre. No me gustó. Los que vieron el programa de (Jorge) Lanata me parece que tuvieron una mejor visión de lo que pueda decir yo. Pero nosotros fuimos a jugar al básquetbol”.
Tras el cuadrangular en Caracas el escolta regresó a Coronel Suárez, mientras el resto del preseleccionado siguió su preparación de cara al Sudamericano de Chaco.
“Hubiese sido lindo seguir, pero yo ni siquiera estaba en la lista de la preselección. Los técnicos quizás vieron que hay jugadores que hicieron mejor las cosas durante todo el año. Hoy les toca a ellos como a mí me tocó el año pasado estar en el equipo que fue a los Juegos Panamericanos”, señaló.
De la vida diaria.
Además de estar metido de lleno en el equipo, Juan Emilio admite que el básquet modificó su vida. “Hay que manejarse con mucha responsabilidad, porque uno es una persona pública, la gente nos ve de otra manera, especialmente en Sunchales, una ciudad donde la gente le presta mucha atención al básquet profesional de Libertad. Hay que ser muy conciente de lo que se hace porque la exposición pública es muy grande”, explicó.
Lejos de renegar de esta situación, el alero afirmó que “esto es lo que elegí, me gusta y quiero seguir haciéndolo durante varios años”.
En varios partidos Juan Emilio contó con el acompañamiento de sus padres, quienes viajaron varios kilómetros para poder verlo. ¿Te traen buena suerte?, se le preguntó. “Y, no sé… este año más o menos! (risas). Por lo general cuando van ganamos pero este año perdimos el segundo partido en Mar del Plata con Peñarol, ganamos uno cada uno con Gimnasia de Comodoro en Sunchales y perdimos la final del Súper 8, después que llegaron ellos… Le ganamos a Quilmes, creo que fue el único partido… ah, y también en Bahía Blanca. Fueron tres o cuatro”, recordó, entre risas, con María Laura Zabatoni, su madre, presente en este tramo de la conversación.
Fuera de las bromas lo cierto es que el basquetbolista disfruta la compañía de sus progenitores. “El quiere que vayamos”, aclaró la mamá. “Si, está bueno porque los veo poco durante el año, así que cada vez que viajan me pone muy contento”, agregó Juan Emilio, ya sin pensar si los resultados son positivos o negativos.
Fernández Chavez ahora tiene que repartir los viajes. Gerónimo, el menor de los hermanos, comenzó a jugar desde marzo de este año en Liniers de Bahía Blanca. Otra de las promesas del básquetbol suarense tiene sus minutos en primera división.
El pasado domingo, Juan Emilio tuvo la oportunidad de ver en acción a su hermano. “En Bahía la competencia es muy fuerte. Le vendrá muy bien jugar ahí este año, porque además juega en tres categorías diferentes. Tiene un entrenador (Daniel Frola) que sabe mucho y que pone muchas fichas en él. Si es inteligente le servirá de mucho. Espero que haga las cosas bien y disfrute sobre todo”.
La familia y el básquet. Dos aspectos fundamentales en la vida de Juan Emilio que siempre están presentes.
Por Eduardo Luongo para Socio No Paga.