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Aníbal y Sofía Pachano deslumbraron en la sala del Teatro Italia.
Un perfeccionista en un ambiente ideal.
Renacido, más tranquilo, paseó sobre el escenario sus casi 30 años de arte.
Desde los Botton Tap hasta la actualidad.
Impresionante vestuario.

Nada es gratuito en la vida y así quedó demostrado el miércoles por la noche, cuando subió a escena el music hall “Smail”, un espectáculo donde Aníbal Pachano demuestra como siempre su mejor nivel, vuelve a sorprender a la gente y se da el lujo de recorrer sus musicales anteriores, desde Botton Tap a Domino, pasando por Tangou, revisión y renovación constante y permanente; un show que no tiene paréntesis, que marca la figura original del gran artista y con ese formato aparecen cuadros donde se rinden homenajes a Estela Raval, Valeria Lynch y Maria Elena Walsh.
Es prácticamente un re-examen de su rica vida profesional y todas sus posibilidades y a pesar de la mediatización de su figura a través de la televisión, Aníbal Pachano en el escenario del Teatro Italia le mostró al publico que ha logrado proteger al artista de esa personalidad acida y extravagante que hoy vemos en la pantalla chica.
“Smail” es otra cosa, en cada movimiento de los bailarines, en cada interpretación de los cantantes, surgen detalles perfectos. Pachano baila como nunca y confirmó que es un music hall ideal a su estilo, pero incorporando aspectos renovadores que mantienen al público atrapado durante toda la función.
Previo al espectáculo fue entrevistado por La Nueva Radio Suárez y había adelantado que se encontraba en un tiempo un poco mas tranquilo, a pesar de ser protagonista en el jurado del programa de Tinelli, pero este año el perfil es diferente, pero de todas maneras Pachano en el escenario es otro.
Bailarines maravillosos, una coreografía que resulta tan protagónica como impecable, melodías y sus alusiones entre tiernas y cómicas también reivindican su trayectoria, donde se mezclan el tango, el jazz, una brisa inmensa de música y de plástica, siempre en movimiento.
Deslumbrante el vestuario, no hay pausa, tres vestuaristas acompañan a la compañía y no dan abasto para responder a tanta requisitoria escénica pero el esfuerzo es admirable y se nota, se aprecia en cada movimiento de los interpretes. Un lujo al mejor estilo de los grandes musicales internacionales.
Resultó para el público de Coronel Suárez un aire placentero y siempre tonificante que tiene la virtud de maravillarnos con tanto talento.
“Smail” esta conformada por un admirable elenco integrado por Aníbal Pachano, Sofía Pachano, Maxi de la Cruz, Alejandro Lavallén (coreógrafo general y artista invitado), Alejandro Melidoni, Fernando Avalle, Lila Frascara y grandes bailarines. La música de Gaby Goldman, coreografía de tap: Rodrigo Cristofaro y el majestuoso vestuario responsabilidad de Aníbal Pachano y Patricia Fiaño.
La vida artística de Pachano es como una película y lo que vimos sobre el escenario fue asombroso, un despliegue inusual, unas voces impactantes y un final verdaderamente de fiesta.
“Smail” pasó por Suárez y nuestra gente agradeció con ovaciones y aplausos.
Cuando el publico de pie ovacionaba como si fuera el final, Pachano apareció en escena vestido de blanco con su inmensa galera y un traje de flecos y mantuvo un dialogo casi intimista con la gente de Coronel Suárez.
Con lágrimas en los ojos agradeció tantas muestras de afecto, resaltó el trabajo de la Asociación Italiana por mantener el Teatro como esta, brindó algunas ironías sobre el dólar, la Presidenta, el Vicepresidente, habló del jurado de Tinelli, de Gasalla, a quien calificó como un gran maestro, y recordó a los grandes artistas como Sandrini, Tita Merello y tantos otros, mientras que la función la dedicó especialmente a Estela Raval, de quien se brindó un cuadro excepcional con las cuatro bailarinas y sobresalientes cantantes vestidas con los trajes característicos de la gran voz que lideró los 5 Latinos, en una sucesión sin pausa, con los temas mas emblemáticos de esta figura del espectáculo argentino que se acaba de ir.
Y después vino el cuadro final de la despedida. Una noche inolvidable.