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Fue una jornada tensa, de reiteradas asambleas, de enfrentamientos con la dirigencia del gremio y por la tarde prácticamente se paró la producción, teniendo en cuenta el clima reinante.
En la Radio se reiteraban los llamados telefónicos de los propios trabajadores y hasta de sus familiares.
Reprocharon la actitud del gremio de trasladar a los operarios a un callejón sin salida.
Los más antiguos, los trabajadores que vivieron la angustiante caída de Gatic, envueltos en los mismos temores.
El propio Secretario General del SOCAYA, Claudio Arce, accionó para permitir que se libere la producción con destino a los microemprendimientos, quienes por la mañana habían planteado el tema.
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La medida de fuerza que decretó SOCAYA y el clima hostil que se vive en el complejo fabril de la calle Olavarria registró en la víspera duros enfrentamientos verbales entre las diferentes líneas de producción y nerviosas asambleas que se llevaron a cabo en ambos turnos, donde por momentos prevalecía la postura de los operarios de levantar toda acción reanudando normalmente la actividad productiva que al promediar la tarde se mantenía paralizada, teniendo en cuenta las deliberaciones que se prolongaron permanentemente.
El fracaso de las negociaciones en el Ministerio de Trabajo del día martes pasado y la posibilidad de extremar las medias de fuerza colmaron la paciencia de los trabajadores, que en su mayoría reclamaban a la conducción gremial suavizar la tensión, aceptar la propuesta de la compañía y desechar toda acción que complique aun mas la relación entre la empresa y los operarios.
A toda esta situación de conflicto, que llegó inclusive hasta enfrentamientos entre los propios empleados que se encuentran distribuidos en las diversas líneas de trabajo con los dirigentes de la mesa directiva del SOCAYA, se sumó también la presión de los microemprendedores que reclamaron porque sus talleres están paralizados con la ruptura de la cadena de producción, afectando la estabilidad laboral inclusive de su personal.
Fue un día duro, donde al clima reinante en el interior de la fabrica se sumaba también la preocupación de los familiares de los trabajadores que se manifestaban en apoyo por reanudar la actividad normalmente, teniendo en cuenta en algunas oportunidades la ya conocida frustración que ocasionó Gatic, donde se tiró tanto de la cuerda que el mismo gremio la terminó entregando a la quiebra.
Hay gente que se acuerda de eso todavía y evidentemente no ha querido repetir la experiencia, por lo cual las asambleas se reiteraron durante todo el día, a tal punto que por mediación del propio Delegado Claudio Arce, y teniendo en cuenta lo que habían planteado los representantes de los talleres que tercerizan la producción, se permitió que se normalizara la situación y pudiera salir todo el material destinado a los microemprendimientos.
Por la tarde Pedro Schiebelbein, en representación de todos los microemprendedores, destacó la actitud del dirigente Arce, que puso en conocimiento la realidad que estaba viviendo y la afectación que tenían esas líneas de producción distribuidas en distintos sectores de nuestra ciudad y Pueblo Santa Maria.
Schiebelbein expresó que se hizo hincapié en la defensa del trabajo de ellos que se vio seriamente comprometida por una situación de la que han resultado totalmente ajenos, con un severo perjuicio que los dirigentes del SOCAYA, y particularmente Arce, entendieron y accionaron para revertir el conflicto.
Anoche la tensión se mantenía latente. Por la tarde se frustraron las asambleas pero la división de opiniones originaba incertidumbre y se acrecentaban los temores.
Los camiones estaban preparados para partir con material para la exportación y en ese momento era cuando más se advertían las opiniones contradictorias.
Algunos pretendían dejarlos salir, otros obedecían al gremio y la falta de una conducción que aclarara el panorama provocaba que no se lleguen a adoptar determinaciones.
Aun esta mañana el clima incierto se mantiene en la fábrica.