Imprimir Página | Volver a página de inicio

Dos embarazos, cuatro hijos.
“Los Lang” fueron noticia nacional.
Una concepción natural de trigemelos, un fenómeno que se registra en el mundo cada 16 millones de partos.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Eduardo Lang, oriundo de Coronel Suárez, quien regresó hace una escasa semana con su familia para vivir en esta ciudad, y su esposa Alejandra son muy jóvenes, los dos tienen menos de 30 años y ya han constituido, casi sin pretenderlo, una familia numerosa: cuatro hijos.
El primero, León, tiene 3 años, concurre ya a un jardín de infantes en la ciudad.
Los otros tres llegaron en un segundo embarazo, cuando la pareja buscaba una nena para completar sus pretensiones de descendencia. Se trata de Lucio, Álvaro y Franco, que tienen apenas cinco meses, nacieron el 4 de diciembre en Neuquén, donde vivía el matrimonio.
Mientras los tres pequeños duermen plácidamente en un cochecito para trillizos, Eduardo y Alejandra explican que esta concepción natural de trigemelos, esta es la palabra exacta, se dio por la división en tres de un solo óvulo y un solo espermatozoide, una rareza que se produce en el mundo cada 16 millones de partos.
Cuentan Eduardo (28) y Alejandra (25 años) que “al mes de la concepción el médico descubre en una ecografía que se trataba de tres bebés que anunciaron hasta el 5to mes como niñas, para dar la información luego que se trataba de tres varones. Lo poco que entonces se había comprado de color rosa se pasó por lavandina para que perdiera el color y que pudiera ser útil a los tres nuevos hijos de la casa. A los siete meses un resbalón al borde del río, entre las piedras, y la rotura de una de las bolsas obligó a la mamá a una semana de internación, al término de la cual, cuando hubo lugar suficiente en la Neo del Hospital del lugar, se le practicó una cesárea”.
Con el regreso a casa, y luego de los primeros meses, donde los niños se despertaban cada tres horas para alimentarse, los jóvenes padres aprendieron que debía hacerse una producción en serie: si uno se despierta para tomar la mamadera se empieza a preparar no una sino las tres leches y se los despierta a todos. Entonces lloran todos juntos, se los alimenta a los tres juntos, aún cuando haya un solo padre presente para el proceso y ningún otro brazo que ayude.
Ellos cuentan, felices, que “no es trabajo criar a tres hijos, es lo mismo que atender a uno solo”.
Claro que los gastos se multiplican por tres. La pareja vino a Coronel Suárez para estar cerca de los abuelos paternos y en busca de trabajo. Está la posibilidad que Eduardo consiga un trabajo en una empresa local, mientras sueñan con poder alquilar con opción a compra una casa que les permita poder criar a todos los niños con mayor comodidad.
Este caso de trigemelos fue noticia a nivel nacional cuando se produjo en el mes de diciembre del año pasado. Ahora, tenemos la oportunidad de ver que los niños están bien y de disfrutar de su crecimiento en nuestra ciudad.
Cuando nos retirábamos del domicilio de los abuelos uno de los bebés empezaba a llorisquear, seguro que reclamando su alimento, mientras, como un reloj, los otros dos comenzaban a moverse, a arrugar su naricita, en aviso a los padres para que comenzaran otra vez el trabajo de atención, después de las horas de descanso nocturno.