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Dios, el compromiso de los hombres con sus pares, la gratitud.
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Es una mujer activa, inteligente, vivaz, con mirada bondadosa que no deja de mostrar asombro, desconcierto, ante las injusticias que cometen los hombres.
Es la Directora del Hogar La Providencia y cada vez que habla deja al desnudo su preocupación por el destino de los niños y la pérdida del concepto de familia, de la falta de cuidado de la vida y de las acciones que van gestando los hombres en forma de nuevas leyes, que interpreta, atentan contra la misma humanidad.
Consultada sobre qué cosas la enojan, no se permite caer en esta forma de manifestación de los defectos humanos y en cambio aclara que la desconcierta la falta de compromiso y de responsabilidad en la labor de las personas, sobre todo en quienes cumplen funciones públicas: “a los profesionales, o técnicos que están cumpliendo un lugar público para servicio a la comunidad, puesto que eligió cumplir en algún momento y de pronto no se hace cargo que las exigencias que ese lugar implica, de sacrificio, renuncia, dedicación, responsabilidad. Hay muchas falencias mirando las situaciones concretas de los niños, sin quitar la responsabilidad que los padres tienen. Me desconcierta la falta de trabajo comprometido de quienes estando fuera pensaron y dijeron que iban a hacer tal cosa y una vez en la función no cumplen, no hacen lo que les corresponde”.
Agrega que lo que más la ha maravillado siempre es “el amor y la misericordia desbordante. En mi propia vida me hace bien saber y reconocer mis errores, sabiendo que no estoy sola, y me maravilla también ver a personas que sufren y que a pesar de eso pueden sonreír, que confían, que dan gracias; se que esto humanamente no se puede realizar, por lo que confirmo cada día, a cada rato, que hay algo más, que Dios está presente cada día y nos permite seguir en los momentos difíciles”.
Y consultada por qué cosas pide a Dios en cada oración, responde que antes que pedir a Dios lo primero que hace es “dar gracias, siempre. Es una forma de haber descubierto el propio modo de rezar que es agradecer todo lo que nos pasa y la presencia constante de Él para transitar por la vida”.