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Se reunieron descendientes de Pedro Clark y Francisca Gadea.
Una familia tradicional que dio a esta tierra buenos jinetes y pialadores.
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El sábado pasado los integrantes de la familia Clark vivieron una jornada memorable, porque fueron llegando descendientes de Don Pedro Clark y Francisca Gadea, muchos de los cuales o no se conocían o hacia mucho tiempo que no tenían contacto, razón por la cual fueron llegando de diferentes ciudades.
Emoción manifiesta en cada uno de los participantes de este reencuentro que fue especialmente preparado para celebrar el origen, ya que los que llegaron de la lejana Escocia a estas tierras argentinas, que generosamente les abrió sus brazos, entregaron muchos hijos y consecuentemente una fecunda descendencia.
En la semana, y como anticipo, Doña Marcela Clark, con 90 años, y su hija Norma Susana Lloret nos habían adelantado las características del encuentro y el momento fue propicio para abordar otros temas que están directamente relacionados con un apellido que para nuestro medio los identifica rápidamente con las históricas jineteadas, con hombres rudos, mujeres trabajadoras, donde las domas y las actividades tradicionalistas han sido dominantes en todos los tiempos.
Por eso el sábado el salón de Luz y Fuerza en Alem 60 se colmó de nostalgia, se recorrió el árbol genealógico, la historia misma de la familia, celebrando las raíces y sellando un reencuentro pleno de felicidad.
La familia Clark vivió una jornada gloriosa y de respeto hacia aquellos que llegaron a la Argentina colmados de ansiedades pero con el fecundo sello del trabajo invalorable.