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“Para tratar el problema de la nocturnidad deben estar presentes todos los actores sociales”.
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En el año 1997 el Centro de Educación Física Nº 70 llevó adelante una encuesta para la ciudad de Coronel Suárez para determinar el consumo de alcohol y drogas en los jóvenes.
Los datos obtenidos entonces alarmaron a muchos y en consecuencia se comenzaron a desarrollar una serie de charlas y otros programas que proponían actividades recreativas, deportivas, encuentros y otros espacios de participación e integración tendientes a la promoción de la diversión sana, lejos de las adicciones.
Uno de los organizadores de la encuesta y de aquel trabajo posterior fue el Profesor Darío Gómez, integrante del grupo de trabajo del CEF, junto al Dr. Carlos Pellegrini, las autoridades del organismo y el cuerpo de profesores.
La Nueva Radio Suárez consultó al Profesor Gómez para recordar aquella iniciativa y analizar la realidad hoy de la nocturnidad.
Explicó que en su momento, cuando realizaron la encuesta con el apoyo incluso de las autoridades de Salud de la Provincia, les habían aconsejado que pasados unos años volvieran a hacer la medición, para tener una estadística comparativa que permitan sustentar políticas en este tema.
“Lo que queda claro, y cada vez se confirma más, es que no es posible desarrollar acciones sostenidas en el tiempo de manera aislada. Es necesario que todos los actores sociales estén presentes para que se puedan implementar medidas desde todos los ángulos” explicó el Profesor Gómez.
Sobre la misma problemática luego agregó que “si queda algún espacio descubierto este es el lugar que detecta el adolescente, el joven, para escaparse de la regla, de la norma o de los cuidados que se le pretendan establecer desde el mundo adulto. Por supuesto que los padres son muy importantes”.
Mas tarde alertó que “si mi hijo viene borracho una vez puede ser cuestión de él, pero si viene en las mismas condiciones al fin de semana siguiente y al otro entonces ahí el que está fallando es el padre. Hay una medida que no falla nunca y es la de no darle la llave de la puerta, abrirle nosotros a las 6 ó 7 de la mañana cuando llega y entonces veremos que no se necesita ser doctor, psicólogo ni especialista en nada para determinar si viene alcoholizado o de haber consumido drogas; esto es fácilmente detectable para los ojos de un padre que recibe y mire a su hijo cuando regresa de divertirse”.
Enfatizó que en las reuniones que se están llevando a cabo le parece muy loable la intención de los padres, “pero hace falta la presencia de la Policía, del Intendente o de quien él designe, de las escuelas y de todo el espectro educativo para que esté completo el conjunto de actores sociales fundamentales que no pueden estar ausentes en el tratamiento de esta problemática y en la determinación de medidas que permitan cuidar de nuestros jóvenes y adolescentes”.